Proyecto de servicio
Prepara y sirve una comida o postres en un albergue, hogar de ancianos o en un Ronald McDonald House de la comunidad.
- Haz de esta comida una experiencia especial poniendo manteles, vajilla para la cena y lindos centros de mesa. Trata de hallar un lugar que normalmente no podría ofrecer este tipo de despliegue para una comida.
- Pon a tocar música apropiada para una cena durante la comida—preferiblemente música que les resulte familiar a los que estén presentes.
- Provean un regalo del Día de San Valentín para cada una de las personas.
Juegos de mesa
- Juego de emparejar a famosos (consulta Internet para ver estos nombres).
- Sopa de Letras del Día de San Valentín (reproduce estas sopas gratis bajándolas de la página armoredpenguin.com)
- Juego de Trivia del Día de San Valentín – http://www.perfect-partygames.com/valentine-trivia-quiz.html
- Otros juegos que se pueden imprimir desde Internet: http://webfunnel.net/pdf/valentinesprintableactivities.pdf
Canciones
Canten canciones de amor sencillas y luego canciones de adoración antes del devocional.
Devocional para la visita al albergue u hogar de ancianos
Lucas 6:27-36 – Somos llamadas a amar
Introducción: Dios nos llama a amar. San Valentín era un hombre que entendía el amor (comparte un poco de historia).
Nuestro pasaje bíblico nos enseña tres cosas:
- Dios quiere que amemos, incluso a las personas que no son fáciles de amar.
- Habrá personas a las que no les caemos bien.
- Habrá personas que nos tratan de manera injusta.
- No crecemos ni agradamos al Señor haciendo sólo las cosas fáciles de hacer.
- Es fácil amar a las personas que nos aman.
- Es fácil dar cuando sabes que recibirás una recompensa a cambio.
- Debemos ser semejantes a nuestro Padre Celestial.
- Él es bondadoso incluso con quienes son ingratos y malvados.
- Él prometió que nuestra recompensa sería grande.
Resumen: Durante este mes, cuando pensemos en demostrar amor a nuestros amigos y familiares, será una buena ocasión para salir de lo que estamos acostumbrados y aventurarnos más allá. ¿Cómo podemos demostrar amor y compasión a quienes podrían no merecerlo, de manera que al hacerlo podamos ser más como Dios?
Devocional para las mujeres
“Si te dedicas a ayudar a los hambrientos y a saciar la necesidad del desvalido, entonces brillará tu luz en las tinieblas, y como el mediodía será tu noche. El Señor te guiará siempre; te saciará en tierras resecas, y fortalecerá tus huesos.” (Isaías 58:10-11, NVI)
De acuerdo al sitio web http://www.statisticbrain.com, la cantidad promedio de dinero que gastamos para el Día de San Valentín en 2016 fue poco más de $13 mil millones. Si sacamos el promedio, esa cantidad de dinero arroja un gasto aproximado de $116 por persona. El Día de San Valentín es un gran negocio. Otras dos estadísticas interesantes: el 14% de las mujeres se compran flores para sí mismas el Día de San Valentín, y el 53% de las mujeres dijeron que terminarían su relación con su pareja si no reciben de él un regalo para el Día de San Valentín. Cuando este día llega a su fin, me pregunto cuánta satisfacción siente realmente una persona en proporción a todo el dinero gastado.
Me gusta que la versión en inglés de la NVI use la palabra “spend” (nosotros diríamos “gastar”) en el versículo 10 para describir lo que hacemos por las personas que están necesitadas. Sin duda todas entendemos lo que significa este vocablo—“gastar”—en los Estados Unidos, ¿no es así? Piensa por un minuto en qué gastamos nuestros recursos, trátese de nuestro dinero, nuestro tiempo o energía. Temo que demasiadas veces los gastamos en cosas insignificantes o inservibles—en cosas que están muy lejos de la visión eterna de Dios.
Dios mira a su pueblo y dice: “Si te dedicas a ayudar – si das de lo que tienes de tus propios recursos, incluso de aquellas cosas que usas tú misma para poder vivir – a los hambrientos y a saciar la necesidad del desvalido, entonces brillará tu luz en las tinieblas, y como el mediodía será tu noche.” Dice Dios: “¡Mira a tu alrededor! ¿Quién está hambriento? ¿Quién está sufriendo? ¿Qué puedes darles para quitarles el yugo de encima? ¿Qué puedes darles para satisfacer su necesidad?”
El primer resultado de gastar nuestros recursos en las cosas correctas—cosas que ayudan a los demás y agradan al Señor—es que nosotras brillamos para el Señor. Ésta fue la voluntad de Cristo para nosotras cuando dijo: “Ustedes son la luz del mundo… Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo” (Mateo 5:14, 16). Cuando ayudamos a los demás, trabajamos para la Gloria de Dios. En Isaías, Él le dice a su pueblo: “… brillará tu luz en las tinieblas, y como el mediodía será tu noche” (Isaías 58:10).
Otra consecuencia será que podremos tener una idea clara de lo que realmente importa. En vez de gastar nuestros recursos en lo que no satisface, invertiremos “donde ni la polilla ni el óxido carcomen” (Mateo 6:20). El Señor dice: “… como el mediodía será tu noche” (Isaías 58:10). Las cosas se verán en toda su claridad.
Y, a cambio, seremos bendecidas. En Isaías 58:11, leemos: “El Señor te guiará siempre; te saciará en tierras resecas, y fortalecerá tus huesos. Serás como jardín bien regado, como manantial cuyas aguas no se agotan”. Incluso en los momentos más desoladores de nuestra vida, Dios satisfará las necesidades de aquellos que han sido bondadosos y generosos con los demás. Él jamás te fallará ni te abandonará.