Drama – La receta
Música de “The Waitress” (La mesera) por: Sara Bareilles
Letra y música adaptada por: Sabrina Borum Inspirada por: La Biblia y varios devocionales
Azúcar, azúcar / Azúcar, mantequilla / Azúcar, mantequilla, harina / Azúcar, mantequilla, harina / Azúcar, mantequilla, harina.
Mis manos toman las cosas que sé, que necesitaré, tomo el azúcar y la mantequilla de la despensa.
Añado la harina para iniciar lo que espero empezar y luego empiezo a trabajar y a hornear desde el corazón.
Azúcar, y mantequilla, y harina, y madre.
¿Qué hay adentro? Todos quieren saber lo que hay adentro.
Y yo siempre les digo, pero (lo que está adentro) lo siento más de lo que pueden expresar las palabras.
¿Quieres saber lo que hay adentro? Pregunta sencilla, y bueno, ¿que hay (adentro) de la respuesta?
Nuestra vida entera está ahí (lo que está adentro), generaciones que han venido horneando recetas para vivir.
Hija: Abuela, recuerdo la primera vez que probé esta receta como si fuese ayer .
Madre: Eso no puede ser; ¡sólo tenías 4 años!
Hija: Puede que haya tenido 4 años pero recuerdo cada detalle. Se me viene todo a la mente cada vez que siento el aroma que sale del horno de la cocina.
Abuela: Debieras haber visto a tu mamá la primera vez que la probó. Corriendo por la cocina con un pedazo en cada mano, tratando de comerlos al mismo tiempo. Y Max lamiendo el rastro de migas que iba dejando en el suelo.
Madre: Despertarme con el aroma exquisito de todo lo que horneabas la mañana de Navidad me sacaba de la cama más rápido que los regalos, créemelo.
Hija: Nos saca a todos de la cama, Mamá. Abuela, ¿por qué sabía tan sabroso el pan de maíz de Pedro? Era como si tuviese algo de tocino en él. La receta no dice nada de eso.
Madre: Nanna solía cubrir su molde con grasa de tocino antes de añadirle la mezcla.
TODAS: ¡Todo sabe mejor con tocino!
Abuela: Pásame ese recipiente, cariño … y asegúrate de anotar bien eso de la grasa. Va a ser importante para ti de aquí a 30 años y más. El pan de maíz, siempre tiene que estar en la mesa del comedor.
Hija: ¡… eso y la oración!
Madre: ¿Te acuerdas como solías decir: “Dios es la gracia”?
Hija: Dios es la gracia … y es grande, y te aseguro que le doy gracias por esta comida. Vaya, ¿hasta cuándo se remontan estas recetas?
Madre: Generaciones.
Abuela: … y generaciones.
Hija: … y generacionessss (todas ríen). Gracias por regalarme esta caja de recetas; significa mucho para mí.
Abuela: Algunas de mis recetas favoritas me las transmitió mi abuela. Transmitir lo que ella sabía sobre la preparación de la comida era transmitir su amor de alguna manera, y yo estoy feliz de compartir ese amor contigo.
Madre: La comida no es la única cosa que ella nos transmitió. Ella contaba grandes historias que siempre incluían una lección.
Abuela: El tiempo volaba escuchándola. Después de un largo día de compartir y cocinar sentíamos tanta hambre que este pan de maíz nos venía a pedir de boca. Puede que ya no esté con nosotros, pero en cada bocado sabroso la recuerdo con mucho cariño.
Madre: Le encantaba cocinar recetas sencillas, y a mí también me gusta
Hija: Abrir la lata, introducir el contenido en el sartén, calentar bien, servir en un plato. ¿Cómo?
Madre: ¡Ése es mi tipo de receta!
Abuela: Eso era para el perro cuando se enfermaba. Todas sabemos que habilidad es algo que tú tienes.
Madre: La motivación determina lo que haces.
Hija: Y la actitud determina cuán bien lo haces.
Abuela: Así es. Habilidad, motivación y actitud son todos ingredientes para triunfar en la cocina y no se los puede omitir ni sustituir. “Si hacen estas cosas, no caerán jamás”, 2 Pedro 1:10.
Hija: ¿Recuerdas esa vez que traté de usar Parkay® en vez de mantequilla?
Abuela: ¡Y qué paso en falso fue ése! No puedes cambiar los ingredientes de Nanna y luego echarle la culpa a la receta cuando las cosas no salen bien.
Hija: ¿2 Pedro? ¿Es por eso que llamamos el pan de maíz de Nanna “la receta de Pedro”?
Madre: Oh claro que sí, ella aprendió sus recetas de cocina de su Nanna y sus recetas de vida del Buen Libro.
Abuela: Preciosa, el poder y las promesas del Señor. Nosotras mezclamos esa dulzura con nuestra mantequilla, porque más nos vale vivir creyendo …
Madre: … que Él fortalece nuestra habilidad, inspira nuestra motivación y empodera nuestra actitud.
Hija: … para cocinar y limpiar, para perdonar a nuestras hermanas y hermanos cuando nos roban nuestras prendas de ropa …. Vaya, mamá, siempre aprovechas la menor oportunidad para volver sobre eso.
Abuela: Como debe hacerlo. Pedro prosigue y añade algunas cosas extra a esta harina, tal como tú debieras estar haciendo justo ahora: a la fe añadimos virtud, conocimiento, dominio de sí misma.
Madre: … perseverancia, santidad, bondad y amor.
Hija: ¡Con razón Nanna fue tan fructífera!
Abuela: Añadir un poco de todo esto aquí y allá hace maravillas y evita que nos caigamos.
Madre: Es lo mismo en la vida, mi amor. Sigue con diligencia las instrucciones del Señor y hallarás que Su receta hará posible en ti un crecimiento espiritual que será dulce y gratificante.
Hija: Igual que el pan de maíz de Pedro que hacía Nanna.
Abuela: Recuerda: “Si hacen estas cosas, no caerán jamás”.
Azúcar, mantequilla, harina / Azúcar, mantequilla, harina
¿Qué hay adentro? Todos quieren saber lo que hay adentro.
Y nosotras siempre se lo decimos, pero sentimos más de lo que pueden decir las palabras.
¿Quieres saber lo que hay adentro? Pregunta sencilla, y bueno, ¿que hay de la respuesta?
Nuestra vida entera está aquí, generaciones que han venido horneando recetas para vivir.