Octubre 2019 – Un hogar lejos del hogar

Octubre 2019 – Un hogar lejos del hogar

Pasaje bíblico

“En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar” (Juan 14:2, NVI)

Introducción

El tiempo frío en Oregón empieza en octubre. Es el mes en que los oregonianos declaran que el otoño ha comenzado oficialmente. El mes comienza con días en su mayor parte soleados y con temperaturas agradables. Pero gradualmente las temperaturas diurnas caen de 70 a 60 grados Fahrenheit. Las noches se enfrían bajando hasta los 50 grados. Las hojas de los árboles de Portland empiezan a cambiar de verde a rojo encendido, naranja y amarillo. Pero junto con los hermosos colores, las temperaturas siguen bajando. Esto ya exige armarse de un buen libro, un té caliente y una frazada tibia junto al fuego de la chimenea. Al aventurarse al aire libre, un sombrero tejido y un abrigo grueso son de rigor. Desafortunadamente, para algunas personas estas cosas son lujos y el hogar en que viven es un albergue para las personas que se encuentran en situación de calle. Este programa ofrece maneras de ayudarlos a estar más cómodos.

Decoraciones

Use agujas de tejer, telas de una yarda de largo y estampados o patrones como centros de mesa.

Idea para el programa

Sombreros

Diles a las mujeres que hagan sombreros tejidos con agujas de tejer o a crochet que puedan ser distribuidos en albergues de personas en situación de calle. Invita a alguien del grupo de los ministerios femeninos a mostrarles estas habilidades. Si no hay nadie disponible, hay tutoriales en video en Internet en que se ofrecen instrucciones paso a paso. Los sombreros también se pueden hacer usando telares. Un sitio web que ofrece un tutorial es el siguiente: https://www.youtube.com/watch?v=vl_2aY0-xCY. Loomahat.com también tiene videos y recursos. Busca información en Internet sobre los telares, agujas de crochet y estampados o patrones pues los precios varían. Las tiendas de economías a veces ofrecen una variedad de suministros necesarios para realizar este proyecto.

Un hogar lejos del hogar

“En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar” (Juan 14:2, NVI). Cuando Jesús profirió estas palabras, había alcanzado el final de su ministerio en la tierra. Se encontraba camino de regreso a casa en el cielo. Iba camino de Su casa a preparar un lugar, no sólo para sus discípulos, sino también para tí y para mí. Jesús vino a la tierra para sanar a los lisiados y a los quebrantados de corazón. Vino a romper las cadenas y liberar a los cautivos y a hacer que los ciegos puedan ver. Jesús vino a consolar a aquellos que sufren y calmar a aquellos que se sienten afligidos y confundidos. Jesús vino a ser nuestro Salvador, nuestro fundamento y nuestro hogar.

En mi actual nombramiento aquí en el lluvioso Portland, Oregón, hay muchos más días lluviosos que soleados. Me encuentro extrañando el lugar que llamaba hogar, la siempre soleada ciudad de Los Ángeles, California. Ahí el tiempo suele ser de unos frescos 75 grados Fahrenheit, y los paraguas se usan para protegerte del sol mientras estás en la playa tarareando la canción “It Never Rains in Southern California!” (Nunca llueve en el Sur de California) de Albert Hammond. Como oficiala en el Cuerpo Moore Street, tengo la oportunidad única y ordenada por Dios de llevar adelante el ministerio, no sólo en mi Cuerpo, sino también entre las mujeres del Albergue Femenino de Emergencia del Ejército de Salvación (SAFES por sus siglas en inglés), donde paso a llevar a las participantes a los programas de los ministerios femeninos y los servicios del domingo por la mañana. Muchas de las mujeres que encuentro en SAFES anhelan poder tener su propio hogar. Se me rompe el corazón cuando escucho algunas de sus historias: las de no tener un hogar y las de no saber lo que es ser amada, cuidada y protegida. No saben lo que se siente llegar a casa a un lugar cálido donde hay comida sobre la mesa, un lugar donde puedes descansar tu cabeza por la noche, o lo que es darse un baño de agua caliente después de un día largo. Muchas de ellas vienen a la iglesia en busca de ese amor y esa familia que no tienen en sus propias vidas. Puesto que nunca he vivido en la calle, sólo puedo tratar de entender lo que sienten, mostrarles a Jesús y asegurarles que Él las ama. Les puedo asegurar lo que Jesús les aseguró a sus discípulos: “En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar” (Juan 14:2, NVI). Jesús se despedía de Sus discípulos y partía a “casa” a prepararles un lugar a ellos y a nosotras. Así como los discípulos confiaron en las palabras que Jesús les dijo, nosotras tenemos que hacer lo mismo. Cuando llegue la hora y nuestro hogar esté listo, Cristo promete regresar y llevarnos a nuestro hogar celestial. “Presten atención, que estoy por crear un cielo nuevo y una tierra nueva. No volverán a mencionarse las cosas pasadas, ni se traerán a la memoria” (Isa. 65:17, NVI).

Cuando aceptamos a Jesús como nuestro Salvador, tenemos esa seguridad de que Él ha preparado un lugar para nosotras y que un día estaremos con Él. Los edificios que llamamos nuestros hogares no son permanentes; son nuestro hogar temporal lejos de nuestro hogar. El cantante Chris Tomlin compuso una Canción titulada “Home” (hogar). Incluye estas palabras: “Este mundo no es lo que debía ser; todo este dolor, todo este sufrimiento. Hay un lugar mejor esperándome en el Cielo”. Otra canción lo expresa de esta manera: “Este mundo no es mi hogar; yo sólo estoy aquí de paso … Los ángeles me llaman desde la puerta abierta del cielo. Y ya no puedo sentirme en casa en este mundo”.

Tenemos la seguridad de que Cristo ha preparado un hogar para nosotras y está esperando que nos reunamos allí con Él. Una de las grandes bendiciones para nosotras no es sólo poder llegar al cielo, sino algo mucho más importante: poder estar con el Señor por toda la eternidad.

Canción

Cancionero del Ejército de Salvación: Canción 415 “Do Not Go Home Without Jesus”

Oración final