Introducción
Este programa ha sido concebido para las familias de las mujeres que asisten al Cuerpo así como para aquellos que forman parte de la comunidad que nos rodea. Su propósito consiste en demostrar que la adoración comienza por casa en torno a la mesa de la familia. El énfasis está puesto en tomar la decisión de servir al Señor.
Guía del programa
Bienvenida y oración
Entretención y juegos
Teatro breve
Canción 1015, Salvation Army Song Book,
cuarto verso “Happy the Home” (Feliz el hogar) *
Pasaje bíblico (lectora)
Devociones: “Todo comienza con una decisión”
Momento de invitación y oración
Coro final: “I have decided to follow Jesus” *
(busca en YouTube un video de este coro)
Comida compartida
* Sólo disponible en inglés
Planificación
Forma un comité para que maneje los diversos aspectos de este evento: promoción, envío por correo de las invitaciones, preparación de la comida, preparativos y limpieza.
Promoción
Envíen invitaciones a los miembros de las familias del grupo de los ministerios femeninos y también a los integrantes del Cuerpo. Diles a las mujeres que piensen en una amiga o amigo a cuya familia podrían invitar personalmente. Deja volantes en áreas donde el Ejército de Salvación sirve al público y también en la cartelera de anuncios del Cuerpo.
Preparativos
Prepara mesas para cada una de las familias con sillas por el perímetro para los participantes. Usa manteles con diseños otoñales, servilletas y cubiertos. Diles a las mujeres que traigan fotos de sus familias para usarlas de centros de mesa.
La comida y la anfitriona
Decide si van a servir o no una comida completa, la cual no tiene por qué ser cara ni exquisita, o bien si prefieren servir un bufet con múltiples opciones de postres. Diles a dos o tres familias que hagan de anfitrionas de mesas. Selecciona a aquellas que reflejan los diferentes tipos de familias representadas en el programa de ministerios femeninos, el Cuerpo y la comunidad. Por ejemplo: una madre soltera con hijos, una familia más tradicional de madre, padre y uno o dos hijos, y una familia en que los abuelos son los principales cuidadores de los niños.
Sugerencias de juegos
Ten disponibles sopas de letras (juegos de búsqueda de palabras) sobre las familias en la Biblia o un juego de identificación de familias famosas. Busca en Internet programas que permiten crear automáticamente los juegos de sopas de letras.
Teatro breve: “La decisión”
Adulto: Es hora de que te quedes quieto.
Niño: ¡Ay, no! ¿Por cuánto rato?
Adulto: Puedes elegir: ¿30 minutos? ¿29 minutos? ¿15 tal vez? ¿Qué decides?
Niño: A ver …. ¡15! Y después me puedo comer tres de estos postres, ¿no es cierto?
Adulto: Bueno, no. Pero, pero puedes elegir ¿cuál de ellos? ¡Y un pedazo grande!
Niño: ¡Entonces me quedo con un pedazo de torta de chocolate con glaseado de
chocolate! ¿Me lo puedo comer ahora?
Adulto: No todavía. Pero, ¿no te sientes feliz de haber podido decidir dos cosas muy importantes?
Niño: ¡Claro que sí!
Líder: Hoy nos hemos reunido como familias en torno a las mesas. Y dentro de sólo unos momentos vamos a disfrutar todos juntos de una rica comida. Pero primero vamos a dedicar un momento a adorar al Señor en familia. Puede que estés sentado o sentada con tu familia o amigos cercanos, pero todos juntos formamos una gran familia de Dios.
Canción: Canción 1015, cuarto verso “Happy the Home”
Lectora: Nuestro versículo bíblico es Josué 24:15. “Pero, si a ustedes les parece mal servir al Señor, elijan ustedes mismos a quiénes van a servir: a los dioses que sirvieron sus antepasados al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ustedes ahora habitan. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor”.
Todo comienza con una decisión
Compartir con la familia en torno a la mesa es muy gratificante. Pero es algo que no ocurrió sin que antes muchas personas tomaran importantes decisiones. Para muchas en nuestro grupo, todo comenzó hace un mes cuando nos reunimos para planificar este evento. Para otras comenzó cuando oyeron hablar de este servicio de adoración. En esa ocasión tuviste que tomar una decisión. Decidiste que te gustaba la idea o que no te interesaba. Puede que hayas esperado a tomar esa decisión después. Tu decisión puede haber sido la de esperar a ver quién más iba a venir e incluso a ver qué pensaban hacer otras personas antes de qué tú misma tomaras tu propia decisión.
Cada día que pasa tomamos decisiones. A veces ni siquiera pensamos en algunas de ellas; qué marca de jabón comprar, qué cepillo de dientes usar o a qué hora levantarnos por la mañana. Tenemos una rutina que seguimos todos los días. Otras decisiones pueden ser más complejas y más difíciles de tomar. ¿Qué ropa es la apropiada para cierto evento? ¿Debemos buscar otro trabajo? ¿Debemos comprar un carro nuevo o una casa nueva?
Y luego hay decisiones sobre las que no hablamos. ¿Voy a prestarle atención a ese maestro o voy a leer mi libro? ¿Voy a sentarme junto a esa persona que no para de hablar o me voy a sentar en una mesa de “lectoras” y dejar a la habladora sola? ¿Voy a ser amable con la cajera a pesar de que me puso mala cara cuando me miró en la tienda? Si bien no hablamos sobre estas decisiones, las tomamos varias veces al día todos los días.
Hay una decisión que orienta todas las otras decisiones que tomamos en nuestras vidas. A esto se refiere el versículo de Josué que citamos hace un momento. Está enmarcada en el contexto de esta declaración: “Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor”. Estas poderosas y decisivas palabras fueron dichas cuando Josué exhortó al pueblo—que vivía en una tierra en la que se adoraba a otros dioses— a tomar una importante decisión. Josué habló en nombre de su familia y estaba haciendo un llamado al pueblo de Dios a optar por servir al único Dios verdadero. Josué habló en nombre de su familia, declarando que ellos servirían juntos al Señor. Esto significaba que todos los miembros de su familia, incluyendo los parientes lejanos, seguirían los caminos de Dios.
Este versículo contiene tres poderosas declaraciones para nuestra adoración de hoy en familia:
- Primero leemos: “Por mi parte”. Sabemos que caminar con Jesucristo es una decisión que tomamos a nivel personal. Nuestro padre o madre no pueden optar por pedirle a Jesús que perdone nuestros pecados y que sea nuestro Señor. Nosotras mismas tenemos que hacer eso.
- La segunda declaración dice: “mi familia y yo”. Nuestras familias varían en tamaño y conformación. Algunas vivimos solas y tenemos buenas amigas y amigos que han pasado a ser nuestras familias. Independientemente de cómo está conformada tu familia, creemos en algo. Pero esta parte de la declaración es esencial para aquello en lo que decidimos creer.
- La tercera declaración dice así: “serviremos al Señor”. Todas servimos a alguien. ¿A quién sirven ustedes como familia? ¿Acaso sirven a Dios? O bien, ¿cada quien se sirve a sí mismo, hacen lo que quieren cuando les da la gana? Este versículo nos orienta hacia una buena decisión: la decisión de seguir y servir al Señor.
Una maravillosa bendición está disponible para nosotras cuando a toda nuestra familia se le enseña los caminos del Señor y todos deciden servirlo a Él. Sabemos que algunas de nosotras somos parte de una familia en que no todos han decidido ser seguidores de Jesucristo. Es tremendamente importante recordar que la decisión de seguirlo a Él es estrictamente nuestra. Nosotras decidimos amar a los miembros de nuestra familia y orar por que también ellos decidan seguir a Cristo.
Si esta noche no has optado todavía por tomar la decisión de seguir a Cristo, y deseas hacerlo, vamos a orar por ti ahora mismo.