Introducción
Las personas sordas son parte de nuestras comunidades y viven sus vidas en toda su plenitud. Este programa explorará su cultura y su estilo de vida y nos ayudará a comprender sus desafíos.
Ideas para el programa
Invita a una oradora que padezca de sordera para que comparta su historia de vida y su experiencia. Averigua dónde se enseña el Lenguaje de Señas Americano (ASL, por sus siglas en inglés) en tu comunidad e invita a una oradora a compartir información sobre el lenguaje de señas.
Actividades
Hay muchos sitios web que enseñan el Lenguaje de Señas Americano. Comparte con las mujeres el alfabeto básico. Enséñales palabras básicas y diles que las practiquen entre ellas. Consulta el siguiente video que de YouTube para obtener más ayuda: https://youtu.be/lYhAAMDQl-Q
Juegos
El sitio web: https://www.youtube.com/watch?v=YWWhnsYRXGU ofrece sugerencias de juegos que promueven el aprendizaje del lenguaje de señas.
Aprender juntas
El sitio web: https://www.startasl.com/printable-sign-language-alphabet.html tiene un gráfico con el alfabeto del lenguaje de señas que se puede imprimir y ser compartido con las participantes.
La Escritura en el lenguaje de señas
Beth Moore hace una presentación de “The fruit of the Spirit” (Los frutos del espíritu) en lenguaje de señas. Muestra este enlace pedagógico durante el programa e invita a las mujeres a participar en el aprendizaje. Es muy fácil de aprender.
https://www.youtube.com/watch?v=FiBMSHcu4ZQ
Los sonidos del hogar
“En aquel día, los sordos oirán cuando se lean las palabras de un libro y los ciegos verán a través de la neblina y la oscuridad.” (Isaías 29:18, NTV).
Cuando oyes el título “Los sonidos del hogar”, ¿qué es lo primero que se te viene a la cabeza y cómo te hace sentir? Quizás algunas de nosotras recordemos la época en que éramos jóvenes, cuando después de salir de la escuela volvíamos a casa donde mamá, quien nos saludaba preguntándonos cómo nos había ido ese día en la escuela. Incluso antes siquiera de que abrieras la puerta, ya podías oler la comida que tu mamá estaba cocinando. Quizás muchas veces el aroma embriagador de un postre delicioso llenaba el aire.
Nuestra imaginación sintoniza nuestros oídos con los recuerdos de nuestra niñez. Podemos recordar cuando escuchábamos a mamá decirnos que debíamos lavarnos las manos y llamar a toda la familia a cenar. Algunas de nosotras teníamos que hace tareas escolares; otras ayudábamos en la cocina mientras los más pequeños veían televisión. Todo eso formaba el dulce ambiente hogareño que evocan nuestros recuerdos. Quizás podías escuchar de fondo la máquina de coser de la abuela y la radio que transmitía las noticias de última hora.
Algunas de nosotras vivíamos rodeadas de varias generaciones de nuestra familia mientras otras se criaron con sólo una mamá o papá. Quizás tu familia se cambiaba de casa con frecuencia y la familia terminó dispersándose. Cualquiera haya sido la situación en que te criaste, cuando rememoras el hogar en que pasaste tu niñez y todos los recuerdos asociados a ese hogar, ¿qué se te viene a la cabeza? Dedica unos momentos a reflexionar sobre los recuerdos agradables de tu niñez. Invita a las participantes a compartir unas con otras los recuerdos de su niñez.
Algunas personas en nuestra comunidad tienen una perspectiva muy distinta en razón de que son sordos o perdieron el oído en algún momento después de que nacieron. Cuando evocamos nuestros recuerdos, gran parte de los que recordamos son recuerdos de imágenes y sonidos. La valiosa comunidad de personas sordas recibieron los “sonidos del hogar” a través del lenguaje de señas o la lectura de labios. Sus recuerdos acústicos son visuales pues recuerdan lo que les dijeron mediante los gestos o el lenguaje de señas.
Tú y yo nos compenetramos del mundo que nos rodea sin mayor esfuerzo. Oíamos instantáneamente los sonidos el momento en que ocurrían y de inmediato asimilábamos la información. Incluso ahora, al caminar por la calle, oímos a personas que hablan o carros que pasan por la calzada con la radio a todo volumen, y toda esa información entra en nuestros cerebros. Para la comunidad de personas sordas, esta información es limitada. Tienen que depender de sus otros sentidos. Son muy pocas las personas en nuestra comunidad que sepan comunicarse en lenguaje de señas, y esta realidad puede resultar muy difícil y enajenante para aquellos que son sordos. Yo he vivido la experiencia de estar rodeada de personas que hablan un idioma que no conozco. A mí eso me hizo sentir muy sola y aislada. Para una persona sorda, suele ser exactamente igual. Quieren participar en todo lo que sucede a su alrededor, pero los excluimos cuando no tratamos de aprender el lenguaje de señas en que ellos se pueden comunicar.
Romanos 10:14 (NTV) dice: “¿Pero cómo pueden ellos invocarlo para que los salve si no creen en Él? ¿Y cómo pueden creer en Él si nunca han oído de Él? ¿Y cómo pueden oír de Él a menos que alguien se lo diga?” Caemos en la cuenta de que la comunidad de personas sordas ha sido marginada debido a la falta de intérpretes que conozcan el lenguaje de señas y estén dispuestos a compartir con ellos el evangelio.
Nosotras como cristianas le decimos al Señor que estamos dispuestas a servirlo haciendo lo que Él nos pida. ¿Será posible que pocas de nosotras hayamos considerado la idea de aprender un lenguaje nuevo para salir de nuestra rutina diaria y compartir el amor de Dios con aquellos que no lo conocen? Hoy estamos hablando de los que padecen sordera, pero como ellos hay muchas otras comunidades que han sido marginadas, como la de ciegos, la de los que tienen alguna discapacidad, o los ancianos que ya no viven en sus hogares.
Isaías 29:18 (NTV) dice: “En aquel día, los sordos oirán cuando se lean las palabras de un libro y los ciegos verán a través de la neblina y la oscuridad”. Para que esta palabra se cumpla, tenemos que hacer lo nuestro y salir de nuestra cómoda rutina de todos los días y comunicarnos con los ciegos, los sordos y los marginados.
Quizás estés pensando que yo no comparto el evangelio porque no hablo inglés. O porque no sé hablar español. Las escuelas públicas y privadas ofrecen cursos gratis de inglés, español y lenguaje de señas. Si tomas un curso de lenguaje de señas, te abrirá nuevas oportunidades para evangelizar. Hay tantas personas hoy que podrían morir sin haber conocido a Jesús y eso sólo porque aquellos que eran salvos a su alrededor no hallaron la manera de acercarse a ellos y comunicarles el amor de Dios por medio del lenguaje de señas.
Justo antes de dejar a Sus discípulos e iniciar el camino que lo llevaría a la cruz, Jesús compartió con ellos lo siguiente: “No se turbe su corazón. Ustedes creen en Dios; crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos aposentos. Si así no fuera, ya les hubiera dicho. Así que voy a preparar lugar para ustedes. Y si me voy y les preparo lugar, vendré otra vez, y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, también ustedes estén” (Juan 14:1–3, RVC).
Cuando Jesús nos llame a volver a Él, nos llevará a esa gran casa en el Cielo. Allí oiremos los sonidos de un nuevo hogar, un hogar de paz, amor y bendiciones eternas. Allí adoraremos al Señor por toda la eternidad y junto a los ángeles cantaremos: “Santo, santo, santo es el Señor” (Apo. 4:8). Es nuestro deseo que los sordos, los ciegos y los discapacitados puedan venir con nosotras a estar en la presencia del Señor. Para llegar a ese aposento y escuchar ese hermoso cántico, deben reconocer que el Señor es su Salvador personal. Estamos aquí hoy porque hemos tenido la oportunidad de escuchar Su palabra y aceptarla. Pienso en todos aquellos que no han tenido la oportunidad de escuchar acerca de Cristo y le pido al Señor que nos guíe y despierte en nosotras el deseo de prepararnos para serle útiles en Sus manos.
Actividad de cierre
Pon a tocar el video, en inglés, “We Believe” (Creemos) (Newsboys) presentado por el Ejército de Salvación, el cual se puede hallar en:
https://www.youtube.com/watch?v=8s12TVQB-lg