Escritura: Salmo 139:14
Propósito
Este programa tiene como objetivo celebrar a las mujeres y su belleza sabiendo que Dios nos creó a cada uno de nosotros de manera única y diferente. Nos permitirá vernos a nosotros mismos y a los demás a través de la perspectiva de Dios, dándonos un propósito para llevarle toda la gloria a Él.
Decoraciones
Manteles coloridos en colores primaverales con jarrones de flores frescas.
Refrescos
Sirva limonada, té helado y galletas con forma de flor.
Ideas de Proyectos de Servicio
- Póngase en contacto con una escuela de belleza local para ver si pueden ofrecer sus servicios a las mujeres en un refugio local. Facilitar los arreglos para que el transporte esté disponible para las mujeres.
- Organice un día de spa en el cuerpo, ofreciendo manicuras y tratamientos faciales a clientes de servicios sociales, mujeres que viven en un albergue o mujeres jóvenes de su comunidad.
- Realice una campaña de recolección de productos de belleza. Coloque los suministros en neceseres para distribuirlos a través de la oficina de servicios sociales del cuerpo o entregárselos a las mujeres en un albergue local.
Preguntas de discusión
- ¿Hubo algún momento de su vida en el que se sintió particularmente hermosa? (Día de la boda, baile de graduación)
- ¿Recuerda cuando era incluso difícil mirar su reflejo en un espejo? (Sobrepeso, tiempo de duda, rechazo, crítica)
- ¿Qué le ayudó a superar los pensamientos negativos?
- ¿Cómo nos ve el Señor? (1 Samuel 16:7, “Pero Dios le dijo a Samuel: “La apariencia no lo es todo. No te dejes impresionar por su apariencia y estatura”. Proverbios 31:30, “…Vaya es la hermosura, pero la mujer que teme a la Señor, ella será alabada.”
- ¿Cómo puedo estar más bellamente arraigada en Cristo?
Bellamente arraigada y maravillosamente hecha
Lea Salmo 139.
Este hermoso Salmo de oración es un excelente recordatorio para nosotras como mujeres de la belleza y el propósito que cada una tenemos. Dios nos recuerda que Él quiere estar involucrado en todos los aspectos de nuestras vidas.
Este Salmo ocupa un lugar muy especial en mi corazón. Al crecer, siempre fue difícil para mí ver mi valor. Me dijeron que nunca iría a ninguna parte en la vida. La desaprobación y el juicio constantes que sentía por parte de mi familia me hacían sentir inútil y pasé por un período de depresión. Esto también me ha llevado a pasar la mayor parte de mi vida preocupándome por lo que los demás piensen de mí y tratando de demostrar mi valía. Sin embargo, durante estos tiempos de depresión y búsqueda de aprobación, recordé el mensaje de Dios para mí al leer el Salmo 139.
Este Salmo me recordó que Dios está conmigo donde quiera que vaya y que nunca estoy sola. Me permitió conocer mi valor y propósito en la vida. Incluso cuando trato de esconder mi vergüenza y culpa de Dios, Él sabe y me habla. ¿No es asombroso que Dios sepa y nos ayude a superar cualquier problema? No importa por lo que esté pasando, Dios lo sabe y Él le guiará a través de sus desafíos y luchas. Todo esto es para ayudarnos a crecer en Cristo y estar bellamente arraigadas en Él. Estar bellamente arraigada en Cristo significa vivir una vida en la presencia de Dios y no estar preocupado por temores, dudas o comparaciones.
El versículo 14 dice: “Te alabo porque estoy hecho de una manera formidable y maravillosa”. Dios nos hizo a cada una de nosotras con un propósito y para tener significado en este mundo. Fuimos hechas para darle gloria a Él. Fuimos hechas para adorarle. Podemos hacer esto al reconocer que Dios nos hizo a Su imagen. Él nos formó a cada una de nosotras hermosa y maravillosamente. Cuando Dios nos creó en el vientre de nuestra madre, intencionalmente nos hizo únicas a cada una. Entonces, cuando se miren en el espejo, sepan que son hermosos tal como son. La forma en que Dios le creó. Cuando mira a su amiga a su lado, debe saber que ella es hermosa tal como es. ¡La forma en que Dios la creó!
Hoy en día, es muy fácil juzgarnos a nosotras mismas por la forma en que nos vemos, hablamos o por nuestros dones y talentos. Sin embargo, si realmente sabemos cuánto nos distingue Dios al hacernos únicos, podemos tener plena confianza en la hermosa vida que nos dio. A medida que continuamos creciendo en Cristo, recordemos cuán bellamente arraigados y maravillosamente hechos somos como hijos de Dios.