Introducción
Abril es el mes de la Conciencia Nacional del Estrés (en inglés: National Stress Awareness), el cual comenzó a celebrarse en 1992 para atraer la atención sobre los riesgos a la salud asociados con el estrés y sobre las estrategias para manejarlo. Piensa en todos los papeles que encarnan las mujeres en un día promedio. Somos madres, esposas, hijas, cocineras, empleadas, choferes, doctoras y negociadoras. No importa a dónde nos volvamos—la casa, el trabajo, la iglesia—siempre hay trabajo que hacer. Como mujeres ajetreadas y atareadas que somos, nuestras vidas están colmadas de estrés.
Ideas para el programa
- Diles a las participantes que tomen un test de estrés con el fin de identificar sus principales fuentes de estrés. Puedes descargar el Inventario Homes–Rahe de Estrés de Vida (en inglés: Homes-Rahe Life Stress Inventory de: https://www.stress.org/holmes-rahe-stress-inventory/
- Habla sobre los efectos físicos, emocionales y conductuales del estrés. Invita a una doctora o enfermera para que compartan sus conocimientos y experiencia sobre este tema. Algunos efectos del estrés se enumeran abajo. Hay más información disponible en mayoclinic.org or stress.org.
- El estrés afecta el cuerpo, emociones y conducta de una persona.
- Las señales físicas de estrés incluyen dolor de cabeza, tensión muscular, dolor de pecho, cansancio, problemas digestivos e insomnio. Si el estrés continúa durante un período largo de tiempo, puede causar hipertensión, enfermedades cardíacas y diabetes.
- Las señales emocionales del estrés incluyen ansiedad, irritabilidad, sentirse abrumada, una falta de motivación y depresión.
- Señales conductuales del estrés incluyen comer demasiado o demasiado poco, reaccionar ante situaciones de una manera precipitada, tender a alejarse de los amigos y parientes y una disminución en los niveles de actividad.
- Comparte con las participantes estas sencillas estrategias para reducir y aliviar el estrés. Un versículo de refuerzo se añade al final de cada estrategia.
- Mantente saludable: Una dieta sana, ejercicio habitual y una buena noche de sueño preparan tu cuerpo para enfrentar el estrés y ayuda a reducirlo. 1 Corintios 6:19, 20.
- Vive en el presente: No te quedes atada al pasado ni te preocupes por el futuro. Enfócate en el presente. Mateo 6:34.
- Mantente conectada a Dios: A lo largo del día, sea que estés lavando los platos, doblando la ropa, manejando una crisis en tu lugar de trabajo o llevando a tus hijos a la escuela, mantén tu corazón y tu mente enfocados en Dios. Colosenses 3:17.
- Dedica un momento a descansar: Dedica algunos minutos todos los días a meditar sobre el Señor y a escucharlo. Dedica un momento cada semana para hacer algo que disfrutas. Salmo 46:10.
- Diles a las participantes que ideen maneras de reducir o aliviar el estrés en sus propias vidas. ¿Qué funciona para ellas? Asegúrate de mantener esta actividad práctica y entretenida. Por ejemplo: tomar un café con Jesús, celebrar una cena con amigos, hacer senderismo, llevar un diario personal, pintar o tocar música. Desafía a las mujeres a que aparten un momento durante esta semana para realizar al menos uno de los aliviadores de estrés que se enumeraron en la lista de arriba.
- Actividad de refuerzo: Crear un diario personal de oración o de momento de tranquilidad.
- Materiales que van a necesitar: 1 bloc de dibujo para cada participante, 1 pedazo de cartulina, barras de pegamento, marcadores, lápices de colores.
- Instrucciones: 1. Selecciona un bloc de dibujo. 2. Pega con pegamento un pedazo de cartulina a la cubierta del bloc de dibujo. 3. Diseña tu cubierta usando lápices de colores y marcadores. 4. Decora las hojas interiores a tu gusto. 5. Una vez terminado tu diario personal, dedica unos minutos a compartir con el Señor y redacta tu primera entrada.
Quédate quieta
“¡Quédense quietos y sepan que yo soy Dios!” (Salmo 46:10, NTV).
Las mujeres somos lejos las mejores maratonistas. Desde el momento en que nos despertamos por la mañana hasta que nos acostamos por la noche a dormir, no dejamos de correr. Estamos constantemente preocupadas no sólo de nuestras propias necesidades, sino también de las de nuestros esposos, hijos, nietos, parientes e incluso amigas y amigos. Nos sentimos como si cargáramos el peso del mundo sobre nuestros hombros. Entre el ajetreo y estrés de nuestras vidas, ¿cómo va a ser posible encontrar la hora y el lugar para compartir un momento de tranquilidad con Dios?
Yo solía imaginar una hora y un lugar perfecto donde podía pasar un momento perfectamente tranquilo con Dios. Pero me sentía frustrada porque esa fantasía no era parte de la realidad; mi hora y lugar eran interrumpidos por mis obligaciones laborales, las crisis personales de otras personas y por las necesidades de mi propia familia. Terminaba haciéndome siempre la misma pregunta: “¿Cómo puedo estar quieta y tranquila entre todo el caos de mi vida diaria?”
Podemos aprender mucho leyendo la conocida historia de Marta y María. Cuando Jesús vino a su casa, Marta estaba ocupada con los preparativos de la comida para recibirlo. María, por su parte, se sentó a los pies de Jesús y lo escuchaba con atención. Frustrada con su hermana, Marta le dijo a Jesús: “Maestro […] Dile que venga a ayudarme”. Jesús le respondió: “Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse. María la ha descubierto, y nadie se la quitará” (Lucas 10:40, 42).
No hay un tiempo perfecto o un lugar perfecto para nuestro momento perfectamente quieto y tranquilo en compañía de Dios. El trabajo nunca termina, pero podemos optar por hacer lo que es mejor. A pesar del caos, podemos optar por sentarnos a los pies de Jesús. Podemos optar por pasar tiempo primero con el Señor. Después podremos hacer la cena, pagar las cuentas y limpiar la casa. El tiempo perfecto es ahora. El lugar perfecto es aquí. ¡Quédate quieta y sabe que Él es Dios!