Octubre 2019 – En casa, en el Templo

Octubre 2019 – En casa, en el Templo

Pasaje bíblico: Lucas 2:41–52

Decoraciones

Prepare el espacio en que se reúnen, de modo que sea lo más cómodo y acogedor posible. Use manteles, centros de mesa y mobiliario adicional en todo el salón, para crear la sensación de estar en casa.

Meriendas

Si van a celebrar una comida, sírvala como en familia, en que todas se reúnen en torno a la mesa. Si vas a servir meriendas ligeras, sirve galletas hechas en casa, bizcochos o pan de molde, junto con café y té, tal como lo harías si tuvieras invitados en tu casa.

Idea para el programa

Invite a las participantes a traer algo de su casa que sea especial para ellas; podría tratarse de una fotografía, una lámpara o un ornamento. En el caso de aquellas que se han mudado de casa muchas veces, pídeles que digan cuál es el, o los elementos que les hacen decir: “ésta es ahora nuestra casa”.

Idea de manualidad

Nada sirve mejor para dar la bienvenida que una hermosa guirnalda en la puerta de entrada a tu casa. Consulte Pinterest y decida qué funcionará mejor para el nivel de interés y habilidades de las participantes del grupo. Las guirnaldas de lana afrodita (conocida también como “lana pelo de mono”) son bastante sencillas de hacer y se las puede personalizar añadiendo una variedad de elementos.

Recursos sugeridos

Deles a las participantes el tratado “My Heart Christ’s Home” (que se traduce a “Mi corazón, el corazón de Cristo”: sólo existe la versión en inglés) Se lo puede comprar en www.christianbook.com en paquetes de a cinco.

Canciones sugeridas

“Quiero ser tu santo templo”, Canción 273 del Cancionero del Ejército de Salvación (edición argentina),

“Deja entrar al Rey de Gloria”, Canción 134 del Cancionero del Ejército de Salvación (edición argentina),

Home” (“Hogar”), canción en inglés de Chris Tomlin. Consulta www.youtube.com para ver un video de esta canción.

¡Extraordinario!

La película Wonder, estrenada en 2017, arrasó en los cines. La gente no se cansaba de ver una y otra vez la historia de un niño y su familia y de cómo el niño lograba superar sus desafíos físicos. Wonder (que en la versión de la película en Hispanoamérica lleva el título Extraordinario) retrata a un niño que, a pesar de ser diferente, insistía en hallar su lugar en la escuela intermedia a la que asistía.

Esta película me hizo preguntarme cómo habrá sido la niñez de Jesús. Sabemos que, desde el principio, Jesús no fue un niño común y corriente. Un ángel visitó a Su madre, María, y le dijo que iba a dar luz al Hijo de Dios. Cuando Jesús era sólo un bebé, Su familia debió huir a Egipto para salvar sus vidas. Sabemos que regresaron a Nazaret después de la muerte de Herodes Arquelao. Desde ese momento hasta que Jesús cumplió los doce años, la Biblia no nos dice nada; sólo podemos especular sobre cómo pudo haber sido Su niñez.

¿Tenía Jesús que hacer tareas domésticas como el aseo, lavar los platos y sacar la basura? Sabemos que tenía hermanos y hermanas. ¿Tenía privilegios especiales porque era el Hijo de Dios? Estoy segura de que todas las que tenemos hermanos o hermanas sabemos lo que se siente cuando uno de ellos tiene privilegios especiales. Si bien yo era la pequeña princesa de mi Papá y tenía dos hermanos y dos hermanas, igual tenía que hacer tareas domésticas y cumplir las responsabilidades de ser una de los “Cinco Millers”.

Sabemos que Jesús se crió en la casa de José, un habilidoso carpintero. ¿Siguió ese oficio de Su padre y aprendió Él mismo el oficio de la carpintería? ¿Corría por las calles de Nazaret con Sus hermanos y amigos? ¿Tenía conflictos de rivalidad con sus hermanos? Simplemente no lo sabemos. Me gustaría creer que por la mayor parte era un niño como los demás  y que se la pasaba colgándose de las ramas de los árboles, corriendo con Sus amigos, bromeando con Sus hermanas y esperando el día en que sería “mayor” para llevar adelante Su destino.

Lo que sí sabemos es que cuando tenía doce años, Jesús viajó con Sus padres y el resto de los aldeanos de Nazaret a Jerusalén para celebrar la fiesta de Pascua. Sus padres iban todos los años, pero ésta era probablemente la primera vez que Jesús iba con ellos. Asumiendo que Jesús se encontraba entre el resto del grupo en algún lugar, Sus padres emprendieron el regreso a Nazaret. Cuando su Hijo no se apareció esa tarde, se dieron cuenta de que no se encontraba con el grupo, y volvieron corriendo a Jerusalén en busca de Él. ¿Te puedes imaginar la angustia que deben haber sentido mientras lo buscaban? Tres días después, lo hallaron en el Templo, sentado entre los líderes religiosos, escuchando y haciéndoles preguntas. La Biblia dice: “Todos los que le oían se asombraban de su inteligencia y de sus respuestas” (Lucas 2:47). ¿Puedes imaginarte el alivio que sintieron Sus padres cuando por fin lo encontraron? ¿Puedes imaginarte la confusión? ¿Puedes imaginarte cómo te habrías sentido tú si hubieses estado buscando a tu hijo durante tres largos días? “Hijo, ¿por qué te has portado así con nosotros?” Le preguntó su madre. “¡Mira que tu padre y yo te hemos estado buscando angustiados!” (Lucas 2:48). ¿Puedes oír el pánico en la voz de María? Su respuesta fue, sencillamente: “¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre?” Jesús se sentía en casa en el Templo. Él sabía dónde pertenecía. Pero Él también comprendía que tenía padres terrenales que eran responsables por Él hasta que llegara la hora de iniciar Su ministerio. Este pasaje termina con las palabras: “Jesús siguió creciendo en sabiduría y estatura, y cada vez más gozaba del favor de Dios y de toda la gente” (versículo 52).

Jesús tenía una casa con Sus padres terrenales, pero también se sentía en su casa en el Templo. He aquí una pregunta para cada una de nosotras. ¿Qué he hecho con Jesús? ¿Le he hecho una casa en mi corazón o es Él sólo una visita que está de paso?