Noviembre 2019 – Nos congregamos

Noviembre 2019 – Nos congregamos

Introducción

El servicio no siempre es un concepto popular. En Juan 13, Jesús mostró la importancia de servir a los demás. “Sabía Jesús que el Padre había puesto todas las cosas bajo su dominio, y que había salido de Dios y a él volvía; así que se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ató una toalla a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y comenzó a lavarles los pies a sus discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura” (versículos 3 – 5, NVI). Este acto de servicio les era reservado  a los sirvientes de la clase baja de la época. Era una tarea que nadie deseaba realizar pero Jesús nos mostró la importancia del servicio realizando Él mismo esa tarea.

Para romper el hielo

Invita a las mujeres a turnarse para responder las siguientes preguntas:

  1. ¿Qué te ha hecho sentir gozo y alegría este último día, semana, mes o año?
  2. Nombra tres cosas por las que te sientes agradecida.
  3. ¿Por qué razón en particular estás confiando actualmente en Dios?
  4. ¿Cuáles son tus temores en este momento?

Canción y oración de apertura

Canten la Canción 364 del Cancionero del Ejército de Salvación: “Give Thanks with a Grateful Heart” e inicien la reunión en oración.

Ideas de servicio

¿Tenemos que ir en un viaje misionero para ver cómo obra Dios en el mundo? ¡De ninguna manera! Mi mamá solía decir: “La caridad empieza por casa”. Si no somos capaces de conversar con nuestro prójimo, ¿por qué se nos ocurre pensar que sea necesario cruzar el océano para servirlo a Él? Dios nos ha creado para que vivamos en comunidad. Debemos salir de nuestro entorno inmediato y conversar con el prójimo. Si no lo hacemos, no sabremos cómo les está yendo en sus vidas o no tendremos la oportunidad de darles a conocer a Dios.

Lo siguiente se puede hacer en grupo o individualmente.

  1. Haz sándwiches de mantequilla de maní y mermelada y dáselos a las personas en situación de calle.
  2. Compra calcetines y dáselos a personas en situación de calle.
  3. Invita a tu casa a cenar a un miembro del Cuerpo que se encuentre sola.
  4. Lleva a un beneficiario del ARC a almorzar después del servicio de la mañana.
  5. Trabaja de voluntaria en la oficina de servicios sociales del Cuerpo.
  6. Consigue zapatos sólo levemente usados y dónalos a la oficina de servicios sociales.
  7. Apoya a los misioneros.
  8. Si el dinero lo permite, planifica realizar un viaje misionero.

Den gracias a Dios y alaben Su nombre

El hecho de haber nacido y de haber sido criada en Zimbabue, África, es para mí una experiencia que no cambiaría por nada. Si bien la vida era dura en mi país debido a la gran pobreza, la experiencia que viví allí adorando al Señor fue siempre para mí una gran bendición. A pesar del indecible sufrimiento, los zimbabuenses han visto a Dios proveer sus necesidades alimenticias básicas y se sienten agradecidos a Él por sus provisiones.

En años recientes, mi esposo y yo hemos tenido el privilegio de organizar y liderar numerosos viajes misioneros a nuestra patria. Algunos de los objetivos de esas misiones consistían en proveer ropa, instrumentos musicales de bronce y, en uno de los viajes, 80 cabras para la liga del hogar del Cuerpo de Mungate. En otro viaje, el proyecto principal consistía en renovar el Cuerpo de Highfield Temple. Su recinto ahora acomoda a más de 3.000 salvacionistas.

Los viajes misioneros me han ayudado a comprender lo importante que es el servicio a los demás. El diccionario define el servicio como “la acción de ayudar o de hacer trabajo por alguien”. Ese “alguien” es hijo de Dios. No debemos servir para sentirnos bien con nosotras mismos, sino ayudar a nuestros hermanos y hermanas que enfrentan dificultades en sus vidas todos los días. El mundo nos enseña que para ser alguien tienes que ser servido. Pero Jesús enseñó justamente lo contrario. Él se hizo hombre, se humilló a Sí mismo y murió una muerte terrible en la cruz para que nosotras pudiésemos ser salvas. Jesús es un Maestro sin par que nos enseñó lo que es la humildad.

Cuando reflexiono sobre nuestros viajes misioneros, debo dar gracias a Dios todos los días por lo que tengo, pues hay muchas personas que luchan sólo por sobrevivir. Damos por sentado el agua potable, la comida, el acceso a asistencia médica, los hospitales limpios y las buenas escuelas.

Hacia finales de noviembre celebramos el día de Acción de Gracias. Es mi momento favorito del año. Me encantan los colores otoñales, los rojos, naranjas, amarillos o morados. Aún más importante que eso, es un momento del año que dedico a reflexionar sobre lo que el Señor ha hecho por mí. En nuestra cena de Acción de Gracias, mi esposo nos pide que nombremos tres cosas por las que nos sentimos agradecidos. Sin embargo, el dar gracias no es algo que deba ocurrir solo en el día festivo de Acción de Gracias. Debe ser una práctica diaria en nuestras vidas.

A veces es fácil agradecer a Dios cuando todo marcha bien, pero no en situaciones adversas. La Biblia dice: “Den gracias a Dios en toda situación”. Una de mis canciones favoritas dice en inglés: This is the day the Lord has made; let us rejoice and be glad in it” (Éste es el día que el Señor ha hecho; regocijémonos y alegrémonos en él). Qué mensaje más poderoso: incluso estando enfermos, en tiempos felices o difíciles, Dios siempre está a cargo. Hemos de ingresar en Sus atrios con acción de gracias y alabanzas, pues sólo Él merece todo el honor, la gloria y el poder.

Oración: Señor danos un corazón lleno de agradecimiento. Danos un corazón dispuesto al servicio y ayúdanos a no quejarnos o a sólo esperar cosas buenas de Ti. Oramos por los misioneros, las personas en situación de calle y aquellos que están quebrantados. Señor, danos la fuerza que necesitamos para acudir en ayuda de nuestro prójimo. Ayúdanos a reflejar el amor de Jesús con nuestras palabras, acciones y actitudes. Oramos por todo esto en el santo nombre de Jesús, Amén.