Marzo 2020 – ¿Qué hay en tu cocina?

Marzo 2020 – ¿Qué hay en tu cocina?

Fiesta de intercambio de elementos de cocina

Celebra una fiesta de intercambio de elementos de cocina, diseñada para que las mujeres renueven su cocina sin tener que gastar dinero (en inglés se la conoce como kitchen swap party). También ofrece una oportunidad entretenida para que las mujeres interactúen unas con otras. El concepto es sencillo, gratis, y eco-amigable. He aquí cómo funciona:

  1. Cada persona trae elementos de su cocina que ya no desean tener. Puede tratarse de cualquier objeto siempre y cuando siga siendo de buena calidad y esté limpio.
  2. Diles a las mujeres que escriban en una tarjeta el nombre del elemento y su propósito. (Algunos serán difíciles de adivinar.)
  3. Las mujeres registran cada elemento a cambio de una ficha, la cual será usada para comprar otros elementos. Puedes usar cualquier cosa a modo de ficha, desde una pinza de ropa hasta una ficha de bingo.
  4. Exhibe los elementos y deja que las mujeres echen un vistazo a lo que las demás han traído.
  5. Una vez que hayan mirado bien y disfrutado de las meriendas, abre la tienda para que se realicen las compras. Las mujeres pueden intercambiar el número de fichas que tengan por el mismo número de elementos.
  6. Si quedan algunos elementos de sobra que nadie quiere, dónalos a la tienda de economías.

¿Qué es y cuál es su propósito?

Antes de que se inicie el intercambio, escoge algunos de los elementos de cocina más inusuales y ve si las mujeres los pueden identificar y describir para qué sirven. La líder del programa también podría traer de casa algunos elementos inusuales, pero no necesariamente los que se incluiría en el intercambio, para que las mujeres los identifiquen.

Sugerencias a la hora de intercambiar elementos

Mantén el intercambio anónimo de modo que nadie sepa si los elementos de alguien en particular no son tomados. Para evitar esa incomodidad, no etiquetes los elementos con el nombre de su dueña original. Otra manera de distribuir los elementos es comprar en rondas. Para la primera ronda, todas escogen dos elementos. Al cabo de otra ronda de dos elementos cada una, deja que cada quien tome lo que quería de lo que había quedado de sobra.

Decoraciones/Preparación del salón

Haz letreros por categorías para las mesas de intercambio. Azúcar y bolsas de harina, toallas para secar platos y delantales hacen un muy buen decorado. También puedes usar estos elementos como premios que entregas a las participantes al momento en que llegan a la reunión.

Meriendas

Diles a las mujeres que traigan una receta de casa que suelen cocinar para que todas la puedan probar. Diles a las mujeres que voten por su receta favorita y otorga de premio a la ganadora la “Cuchara Dorada” (una cuchara para mezclar que habrás pintado de oro con antelación).

Idea de servicio

Trae al Cuerpo o la cocina del albergue gran cantidad de nuevos elementos. Con antelación, haz una lista de los elementos que van a necesitar y repárteselos a las mujeres.

Comparte con los necesitados

 “Y no se olviden de hacer el bien ni de compartir lo que tienen con quienes pasan necesidad. Estos son los sacrificios que le agradan a Dios” (Heb. 13:16).

En la película de Disney “The Little Mermaid” (La sirenita), Ariel canta, en inglés: “I’ve got gadgets and gizmos a’plenty; I’ve got whozits and whatzits galore. You want thingamabobs? I’ve got twenty! But who cares? No big deal. I want more”, lo que podemos traducir sólo aproximadamente al español: “Tengo aparatos y trastos para regalar; armatostes y cachivaches de nunca acabar. ¿Quieres para ti un cacharro? ¡Tengo mil! Pero ¿a quién le importa? ¡No me basta con cien mil!” Las cocinas están llenas de aparatos, cachivaches y trastos. Alguna vez habrás pensado que esos objetos harían tu vida más fácil. Puede ser que nunca hayas entendido cómo usarlos y sencillamente quedaron guardados en una alacena. Ariel también tenía aparatos y trastos de sobra, pero ella quería tener más todavía. No más objetos, sino más sentido en su vida. Ella quería estar donde estaban las personas para compartir la vida con ellas, no los objetos de los que eran dueños. La verdad es que los “cachivaches” le hacían desear aún más poder estar con otras personas.

No necesitamos más cosas. Necesitamos más relaciones. ¿Qué pasaría si empezamos a ver los objetos que poseemos como herramientas para obtener más de la vida pero de una manera diferente? ¿Qué pasaría si usáramos nuestros trastos como herramientas para construir relaciones con otras personas, si usáramos nuestros trastos para compartir con aquellos que están necesitados? Así es como podemos obtener más de la vida y vivir de una manera significativa.

El arte de crear en la cocina tiene que ver con las personas que van a compartir la comida y cómo les hace sentirse. Sí, la comida tiene como finalidad fortalecer y nutrir, pero también tiene como propósito el de ser compartida en el contexto de una buena conversación. Crea una ocasión para que las personas se reúnan. No tiene por qué costar mucho dinero la costumbre de compartir con otras personas de esta manera. Hay otras maneras también en que podemos compartir con aquellos que están necesitados. Hebreos 13:16 no nos dice cómo hacer el bien y compartir con aquellos que están necesitados, sólo nos dice que no dejemos de hacerlo.

A veces olvidamos que el Señor nos dará todo lo que necesitamos para poder compartir con los demás. Lo que solemos hacer es inventar excusas para justificar el hecho de que no compartimos con los demás. Decimos que no tenemos suficiente tiempo ni suficiente dinero. Tendemos a creer que si tuviésemos más dinero, entonces podríamos realmente ayudar a la gente. A veces creemos que sencillamente no somos lo suficientemente buenas como personas, que no tenemos la suficiente experiencia, o que tenemos demasiado miedo de interactuar con personas nuevas o diferentes. Nos aferramos a lo que tenemos por miedo de que nos pueda faltar eso que tenemos. Recuerda que, en primer lugar, es el Señor quien provee para nosotras. Dios es un dador y nos dará lo que sea necesario para mantenernos, y lo suficiente para compartir con los demás. Tenemos que confiar en Él como nuestro proveedor. Hechos 20:35 nos recuerda: “Hay más bendición en dar que en recibir”. El acto de compartir es agradable a Dios y Él nos bendecirá por hacerlo.

Haz un inventario de lo que tienes en tu cocina espiritual. ¿Qué herramientas te ha dado Dios específicamente a ti para que puedas llevar a otras personas a conocer Su gloria? Quizás tengas un testimonio que necesita ser compartido. Quizás sea el saber escuchar, una actitud alentadora, o incluso un espíritu dulce que compartir con personas que están pasando por una crisis. Podría ser un talento o habilidad que resultaría de ayuda a tu atareado oficial directivo. Podrías aportar con más dinero o compartir tiempo adicional sirviendo de voluntaria.

Por encima de todo, ora y pídele al Señor un corazón que esté íntimamente sintonizado con las necesidades de los demás. Ora al Señor pidiéndole que te dé ojos para ver las oportunidades que hay disponibles para compartir. Ora y pídele al Señor manos que estén dispuestas a realizar esa acción.