Introducción
Este programa puede ser presentado en dos días dependiendo del interés y de las situaciones familiares del grupo.
Ideas para el programa
Nido no tan vacío
Cuando los padres están ausentes o no pueden criar a sus hijos, son los abuelos quienes suelen asumir ese papel. La oportunidad de criar a una segunda generación viene acompañada de muchas satisfacciones pero también de muchos desafíos. Según AARP (Asociación Americana de Jubilados, por sus siglas en inglés), más de 2,6 millones de niños viven en hogares en que los abuelos son los responsables de su crianza.
En otros casos, un hijo adulto se puede ver en la necesidad de regresar a la casa de sus padres. El divorcio, la pérdida del trabajo y otros sucesos significativos de la vida suelen estar detrás de este tipo de situaciones. Dejar que las “aves”, que ahora tienen una manera independiente de vivir, regresen a la casa en que se criaron pero que ya ha cambiado desde que originalmente la dejaron puede ser todo un desafío. A menudo las ideologías, los estilos de vida y de personalidad entran en conflicto. Establecer normas claras en lo que respecta a las finanzas, la crianza de los niños y otros aspectos de la vida doméstica puede ayudar a proteger la relación entre los padres y el hijo o hija que regresa a casa con su propia familia.
De haber mujeres en el grupo que se encuentren en alguna de estas situaciones, consulte en Internet sobre la posibilidad de invitar a esta reunión a un orador u oradora especializada en estas materias. Junto con ello, provee recursos a los que esas mujeres puedan recurrir para obtener ayuda que les permitan hacer de la transición una experiencia más suave para toda la familia. Los siguientes sitios web ofrecen información de ayuda:
https://www.psychologytoday.com/us/blog/stress-free-discipline/201509/grandparents-parents
https://www.grandparents.com/grandkids.
https://www.helpguide.org/articles/parenting-family/grandparents-raising-grandchildren.htm
http://extension.colostate.edu/topic-areas/family-home-consumer/grandparents-as-parents-10-241
Decoraciones
Decora el salón usando jaulas de pájaros, pajareras y binoculares. Nidos artificiales provistos de una lamparilla en el centro podrían ser usados de centros de mesa.
Manualidad
Pequeñas pajareras de madera y pintura acrílica para manualidades pueden fácilmente transformarse en obras de arte. Consulte la compañía Oriental Trading Company® para obtener pajareras por unos $16.00 la docena o bien explora las tiendas de manualidades de tu localidad. Compra una bolsa de alpiste y divídela en bolsitas individuales para que las mujeres se las lleven a casa consigo junto con las pajareras que hayan creado.
Decora tu nido
Si alguna de las mujeres del grupo tiene habilidad en la decoración de interiores, anímala a compartir sus consejos con el grupo. O bien, contacte a un comerciante de tu localidad que les pueda poner en contacto con alguien que esté dispuesto a compartir algunas de las tendencias más recientes en la decoración de interiores.
Sugerencias de meriendas
Derrite una bolsa de pepitas de chocolate blanco, agregue una cucharada de manteca y, mientras revuelves, introduce pequeños palitos de pretzels. Moldéalos en la forma de nidos. Pon huevitos de chocolate dentro de los nidos. También se podría servir una mezcla de frutas secas, semillas y frutas deshidratadas que parezcan alpiste comestible.
Construir un nido
Observar cómo un ave construye su nido es una experiencia fascinante. Les puede tomar entre unos pocos días y hasta meses construir un nido. El tiempo y los materiales invertidos dependen del tipo de ave de que se trate. Algunas aves construyen sus nidos a gran altura sobre un árbol, algunas lo hacen en un montículo de pasto y algunos sobre la base de una letra cóncava del letrero de una tienda. En algunas circunstancias, la hembra construye el nido por sí sola. En el caso de otras especies, tanto el macho como la hembra comparten la tarea de construir el nido. Telas de araña, pedazos de seda, barro, ramas, pasto y saliva son los materiales que se suele hallar en los nidos. Los científicos incluso han hallado que algunas aves incluyen hierbas y especias en sus nidos como manera de protección contra las bacterias. Cada nido es construido para proteger a los polluelos hasta que sean lo suficientemente adultos para volar del nido. Algo parecido hacemos nosotras en nuestro propio viaje a lo largo de nuestra vida como madres: usamos los recursos que tenemos disponibles, añadimos un poco de nuestra sangre, sudor y lágrimas, y entretejemos un nido con el propósito de proteger a nuestros hijos hasta que estén listos para salir al mundo.
Un día observé un nido lleno de huevos cerca de un lago que estaba siendo invadido por un animal depredador. La mamá gansa estaba graznando y grajeando, obviamente desesperada ante la situación que enfrentaba. Al ver más de cerca, observé un mocasín de agua enrollada en torno al nido con sus fauces abiertas completamente para poder tragar la mayor cantidad posible de huevos. A juzgar por los bultos que recorrían su cuerpo serpentino, ya había ingerido algunos de los huevos. A pesar del peligro para su propia vida, la gansa agitaba las alas, grajeaba y graznaba con ferocidad en un esfuerzo supremo por salvar el resto de sus huevos. El nido que ella había construido con tanto esfuerzo y con tanta diligencia para que sirviese de albergue seguro para sus huevos y polluelos se había convertido en una horrorosa pesadilla.
Es importante que en nuestras familias modelemos lo que es llevar una vida de santidad. Tratamos de proveer un espacio seguro para que nuestros hijos se críen hasta llegar a ser jóvenes adultos. Amamos, oramos, esperamos y tenemos fe en que nuestra guía, consejos y amor formarán a un adulto responsable. Cuando las circunstancias y las pruebas de la vida asaltan nuestros nidos, como ese mocasín de agua que devoraba los huevos de la mamá gansa, nuestros hijos pueden depender de nuestras rápidas y apropiadas reacciones. Cuando mostramos fielmente el amor y preocupación de Dios, lo que hacemos es conducir a nuestros hijos por el camino correcto.
Criar a tus hijos es un trabajo duro. Leemos en Proverbios 22:6: “Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarán” (NTV). Esto nos recuerda que cuando nuestros hijos son jóvenes, debemos mostrarles el camino correcto. Esto exige años de enseñanza, disciplina, guía, perdón, ensayo y error, y amor. Incluye pasar a dejar a los hijos a las funciones y a los eventos deportivos que se celebran en la escuela. Incluye también enfermedades y visitas al doctor y a veces al hospital. Consiste también en apoyarlos en su primera cita, acompañarlos cuando les rompen el corazón, ayudarlos a llenar las postulaciones al college y a estar con ellos cuando les toca enfrentar las decepciones de la vida. Todas estas cosas se van entretejiendo conforme creamos nuestro nido, nuestro hogar. Construimos el hogar con la esperanza de que, si lo hemos hecho correctamente, algún día va a quedar vacío. Pero si esto no llegase a ser el caso, no debemos de ninguna manera pensar que hemos fracasado. Debemos continuar confiadas en que Dios nos va a ayudar siempre, cualesquiera sean nuestras circunstancias. Él es fiel tanto cuando tu nido está vacío como cuando no está tan vacío.