Octubre 2020 – Estén quietas… Dios es nuestro gran Proveedor

Octubre 2020 – Estén quietas… Dios es nuestro gran Proveedor

Introducción

Conforme celebramos el otoño y toda la abundancia que trae la cosecha, nos enfocamos en la sobreabundante provisión que Dios nos brinda a nosotras.

Decoraciones

Coloca sillas alrededor de las mesas. En el centro de cada mesa coloca un recipiente de arcilla con una pequeña cantidad de harina y otro recipiente con algo de aceite. Esto servirá para representar la escasa provisión de comida que tenía la viuda de Sarepta. En cada asiento, coloca un pequeño frasco de vidrio (del tamaño de un salero o pimentero), tarjetas en blanco y un bolígrafo.

Meriendas

Sirve una variedad de productos horneados (magdalenas/pan de plátano o de guineo/ pasteles) y bebidas.

Guía del encuentro

Oración de apertura

Alabanza y adoración

Música sugerida para la adoración

Desert Song” [Canción del desierto] por Hillsong

More Than Enough” [Más que suficiente] por Chris Tomlin

Jehovah Jireh, My Provider” [Jehovah Jireh, mi Proveedor] por Merla Watson

God Provides” [Dios provee] por Tamela Mann (a ser tocada durante la actividad)

Dios es nuestro gran Proveedor

Lee 1 Reyes 17:7–24.

Tendemos a ver nuestras vidas y todo lo que forma parte de ellas como algo limitado. En inglés, el vocablo popular YOLO (que significa “You Only Live Once” o “Sólo vives una vez”) alienta a las personas a entregarse al disfrute de la vida pues tienen los días contados. Acudimos al mercado cuando hay una liquidación porque sabemos que los artículos que ahí se venden a bajo precio pronto se van a acabar. Se han iniciado guerras por el control de un espacio limitado. Siempre se ha competido por quién tiene el mejor (llena el espacio en blanco) y ese (llena el espacio en blanco) sólo puede ser el mejor porque es exclusivo y porque sólo existe una provisión escasa de él. Nuestro temor es que podríamos perder acceso a ese bien. Desafortunadamente, solemos colocar a Dios dentro de esa misma perspectiva limitada. Lo limitamos de diversas maneras dependiendo de nuestra relación con Él.

En 1 Reyes leemos acerca de una viuda que tiene una perspectiva de vida limitada muy parecida a lo que acabamos de describir. Dios le dice a Su profeta Elías que vaya al pueblo de Sarepta porque una viuda estará lista para darle un poco de comida. Cualquier persona normal que se encuentre en su situación podrá entender por qué ella tenía esta perspectiva de vida. Su vida estaba restringida por todo tipo de limitaciones. Era viuda (v.9) y debido a eso probablemente contaba con muy pocos medios para satisfacer sus propias necesidades materiales y las de su familia. Le quedaba muy poca harina y aceite, sólo lo suficiente para hacer una sola comida más (v.12). No había llovido en mucho tiempo, lo que hacía su vida diaria aún más precaria (v.7).

Más allá de su situación física y material, la viuda había puesto limitaciones a su fe en Dios y en sus esperanzas de seguir viviendo. Cuando Elías se encontró con ella por primera vez, ella estaba preparándose para morir luego de probar su última comida junto a su hijo (v. 12). Más tarde, cuando su hijo se enfermó y dejó de respirar, la viuda cree que eso se debe a que Dios la estaba castigando a ella por sus pecados (v. 18). Para esta viuda, Dios era alguien cuya capacidad de perdonar y su gracia eran limitadas.

Dios empieza a cambiar la perspectiva de la viuda en lo sucesivo. En primer lugar, provee lo necesario para satisfacer sus necesidades asegurándole que la harina y el aceite no se agotarían (v. 14). No sólo resultó que había suficiente comida para ella y para su hijo, sino también para Elías. Dios también prometió que haría llover sobre la tierra (v. 14). Le proveyó salud y vida al hijo de la viuda (v. 23). Pero por encima de estas necesidades físicas, Dios le mostró a la viuda que Él es un Dios generoso y misericordioso. Le mostró quién era Él realmente.

Dios proveyó Su palabra y enseñanza a través de Elías. Su presencia se hizo evidente a través de la provisión diaria de pan y en su poder de brindar vida. Dios no se ahorró nada de esto para con la viuda.

Nuestro Dios es un Dios que no cambia. Él sigue siendo generoso proveedor para con Su pueblo. Él no se guardó el regalo más precioso de todos y nos dio a Jesús. Dios no se guardó nada para que nosotros pudiéramos estar con Él y conocerlo como Él nos conoce a nosotras. Nuestro Dios es eterno e infinito. Nada puede limitarlo. Y si nuestras vidas se vuelven nuevas a través de Cristo, tampoco hay límites que nos constriñan a nosotras. Podemos ser tan generosas como lo es Él (Juan 14:12).

Al comienzo de la historia, se le pidió a la viuda que le diera su último pedazo de pan a Elías. Se le pidió que asumiera una actitud de fe, que le diera lo que más preciaba para que Dios le pudiera mostrar Su completa provisión. Él nos pide que hagamos lo mismo hoy: nos pide que pongamos nuestra limitada perspectiva humana en Sus ilimitadas y generosas manos y que veamos la plenitud de vida con que Él enriquece nuestra perspectiva.

Discusión en pequeños grupos en torno a las mesas

  • ¿Por qué es importante para nosotras identificar a Dios como la fuente de todas nuestras necesidades?
  • ¿Qué ventajas y responsabilidades tenía Elías en comparación con la viuda?
  • ¿Qué ventajas y responsabilidades tienen los cristianos en comparación con los no cristianos?
  • ¿Qué área en tu vida necesitada de fe te está pidiendo Dios que se la des a Él?

Actividad

Tras el período de devoción y alabanza, dales tiempo a las mujeres para que mediten en silencio sobre lo que han aprendido y cómo lo aplicarán en sus vidas.

Invítalas a poner por escrito las áreas en sus vidas en que han limitado el poder de Dios o donde no logran ver con la perspectiva infinita de Dios. Diles a las mujeres que escriban un post-it en que le piden a Dios que les dé la oportunidad de practicar el espíritu de generosidad en la fe. Una vez que hayan terminado de escribir sus post-its, diles que las introduzcan en un frasco de vidrio. Éste les servirá de recuerdo y se lo pueden llevar a casa consigo para que se acuerden de lo que desean lograr.

Concluye con una oración.