Bienvenida
Reciba a las mujeres una tras otra a medida que vayan llegando al salón extendiéndoles un saludo de “bienvenida a casa”, que es algo que a todos les encanta escuchar. Anima a las mujeres a que intercambien entre ellas el mismo saludo.
Decoraciones
Sobre manteles de colores brillantes o guingá (gingham en inglés) exhibe elementos que describan los objetos y comodidades que asociamos con el hogar—delantales, rodillos de amasar, recipientes para mezclas, colchas y la vieja Biblia de la familia. Enciende velas que liberen un aroma casero como de pastel de manzana, pan de plátano o galleta de azúcar. Al inicio del encuentro y a medida que las mujeres vayan llegando, pon a tocar música de “los viejos tiempos”. Exhibe letreros de madera adquiridos en tiendas de manualidades que digan “Hogar Dulce Hogar”. O bien, imprime y enmarca tus propios letreros usando fotografías y tipos de letra bajados de Internet.
Detalles de mesa
Adhiere un versículo o proverbio bíblico sobre el hogar a pequeños batidores o cucharas de madera. Se suele hallar estos elementos en paquetes en Dollar Tree® o en Dollartree.com.
Meriendas
Si decides realizar una comida en grupo en que cada persona aporta con su plato hecho en casa, diles a las mujeres que traigan una de esas comidas favoritas cuya receta se ha pasado de generación en generación. Durante el momento dedicado a la merienda, anima a las mujeres a compartir la tradición en torno al plato que trajeron. ¿De quién es la receta? ¿Qué recuerdos les trae a la mente? ¿Lo suelen preparar a menudo y es uno de los platos preferidos de la familia?
Compartir
Diles a las mujeres a que traigan elementos relacionados con un recuerdo. Durante el programa, diles que compartan el sentido o importancia de lo que han traído. Junto con ello, aliéntalas a compartir cuál es su cuarto o espacio favorito en su casa. Podría ser un espacio o cuarto de la casa en que viven actualmente o el de la casa en que se criaron. ¿Qué hace de él su cuarto o espacio favorito?
Manualidad
Invita a las mujeres a decorar un plato o bol de cereales o una ensaladera. Se los puede adquirir en las tiendas de “Todo a un Dólar”.
Materiales que se va a necesitar
Recipientes, platos o floreros de cerámica blanca, esmaltados y secados
Alcohol
Toallas de papel absorbente
Marcadores permanentes o de colores (consíguelos con puntas de una variedad de grosores)
Instrucciones:
- Precalienta el horno a 350 grados Fahrenheit.
- Limpia el plato con alcohol usando toallas de papel absorbente y deja que se seque.
- Decora el plato a mano o usando plantillas o esténciles, asegúrate de decorar sólo los bordes del plato o recipiente. (Evita colorear el área donde se colocará la comida, puesto que NO es bueno para la salud comer de un plato que ha sido coloreado en esa área.)
- Una vez que los platos estén decorados, mételos en el horno por 30 minutos; luego, apaga el horno y deja que los platos se enfríen.
- Una vez enfriados, remueve los platos.
Qué bella es tu morada
Lean el Salmo 84:1–4 (NVI o NTV)
Es grato irse de viaje, pero sin duda es maravilloso regresar a casa. No hay nada mejor que ponerte tus pantuflas favoritas, sentarte en tu silla favorita o recostarte a dormir en tu propia cama. Tu hogar te ofrece comodidad y regocijo. (Diles a las mujeres que compartan aquello que les brinda comodidad y les hace sentirse en casa.) Es una buena sensación estar rodeada por lo familiar. Cuando estamos lejos de las cosas y las personas que amamos, nuestro corazón las añora.
El Salmo 84 fue escrito por los hijos de Coré, en quienes recaía la tarea de ser los directores de la música y el coro en el Tabernáculo. En el salmo, ellos comparten lo que se siente al estar en la casa de Dios y experimentar las bendiciones que ella ofrece. La casa de Dios es un lugar seguro y hermoso, donde aquellos que a él acuden a adorar encuentran renovación para el cuerpo y para el alma. El salmista reconoce que su alma “anhela”, hasta el punto de desfallecer, estar en los atrios del Señor para adorar con “su cuerpo y su alma” “con alegría al Dios viviente”.
Estar en la presencia de nuestro Dios viviente es una experiencia que nos renueva completamente como tras nuestro regreso de un largo viaje. Luego de haber estado en un hotel o en casa de otra persona, es renovador regresar a la comodidad de nuestro entorno familiar. Esta comodidad es asemejada en el salmo a la de la golondrina que hace de su nido su “hogar” para ella y para sus polluelos. También nosotras podemos hallar un hogar en la casa de Dios. Nuestros hogares deben ser como los Suyos, lugares de comodidad, descanso, renovación y aliento. Lugares en los que podamos dormir seguras y criar a nuestros hijos en un entorno cariñoso. Lugares en que nos demos cuenta de cuánto nos ha bendecido Dios.
Hay un dicho que nos ofrece un mensaje alentador a todas nosotras. “Las bendiciones te rodean, esperando a que las veas y te sientas agradecida. No importa cuán poco o cuán mucho puedas tener, siempre hay cosas por las que sentirse agradecida. Todo está en tu manera de ver las cosas y mientras más aprecies las bendiciones que ellas te ofrecen, tanto más plena y realizada te sentirás”.
Oración: Señor, conforme reflexionamos sobre estos versículos de la Escritura, te damos gracias por el hecho de que al estar en Tu casa hallamos continuamente comodidad y renovación. Y, Señor, te pedimos que nos ayudes a crear este mismo ambiente de bendición, comodidad, descanso y renovación en nuestros propios hogares. Amén.