¿Cuántas veces has escuchado a alguien decir: “A pesar de que he vivido en esta área toda mi vida nunca he visitado …”? Invita a las integrantes del grupo a explorar su propia comunidad. Éste es un programa de seis semanas enfocado en explorar los famosos sitios históricos, los restaurantes mencionados en el Food Network (Canal de Cocina), los Jardines Botánicos, los museos o atracciones que muchas personas de afuera viajan millas para venir a ver pero que los residentes locales nunca se dan el tiempo de visitar, prometiendo que lo harán “algún día”.
Presupuesto y planificación
Determine el costo de la visita a cada lugar. Establezca un presupuesto basado en los precios de entrada, el transporte y las meriendas. Si los lugares a visitar tienen un precio de entrada superior a lo que les permiten sus presupuestos personales, realice un evento de recaudación de fondos para ayudar a cubrir el costo. De ser posible, la líder debe visitar cada uno de los lugares antes de que lo haga el grupo, de modo que esté informada y lista para reconocer tanto los aspectos interesantes como los inconvenientes. Eliga a una integrante del grupo para que saque fotos, anote citas interesantes, todo con miras a crear un libro de recuerdo o presentación en PowerPoint® que se podría mostrar en la reunión final. Crea un juego de trivia o use el formato de un show de preguntas sobre los diversos lugares que visitaron y celébrenlo en la reunión final.
1ª – 5ª Semanas
Durante las primeras cinco semanas, visiten los lugares previamente escogidos. Haga las visitas juntas siempre es entretenido y fortalece el sentido de comunidad, pero reunirse en el lugar mismo pudiera a veces resultar más práctico. Dependiendo del tiempo fijado y el lugar en particular que visitan, concluya la vista de exploración con una sorpresa agradable para todas. Buena comida, café y conversación en torno a la idea de compartir “las mejores cosas” ayudan a crear recuerdos perdurables y a fortalecer las relaciones de unas con otras.
6ª Semana
Realice un cierre entretenido y significativo a esta iniciativa, tal como se sugirió arriba. Use esta experiencia de conocer mejor su propia comunidad y a sí mismas como manera de desafiar al grupo a alcanzar una comprensión más profunda del amor y presencia de Dios.
Foco devocional para la reunión final
Salmo 46:1–11: “Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia” (v. 1, NVI).
El Señor siempre está cerca. Él es, en hebreo, El Roi: “el Dios que me ve”. En el ajetreo de nuestra vida diaria, en medio de los desafíos, dificultades, dolores y distracciones de la vida, podemos perder las bendiciones de una relación diaria y constante con nuestro Padre celestial. El Dios que lo ve todo y que está siempre pendiente de ti, siempre consciente de ti. En Isaías 65:24, Dios le recuerda a Isaías que Él está tan consciente de Su pueblo que incluso en su rebelión y desobediencia Él anticipa el llamado de auxilio que le harán. Incluso antes de que susurren la oración, mientras están orando, mientras siguen hablando de su situación y sus necesidades, Él escucha y responde. El salmista nos recuerda que Dios está siempre muy presente, como un amparo al que podemos acudir en momentos difíciles. En el versículo 10 se nos desafía a quedarnos quietas, y en esa quietud, a reconocer que Dios es Dios, poderoso, presente y listo para protegernos y actuar por nosotras. En sus Confesiones, San Agustín escribe: “Tú nos has hecho para Ti, Oh Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que descansa en Ti”. Para cada una de nosotras hoy, el Hogar Dulce Hogar sólo se encuentra realmente cuando entregamos nuestros corazones a nuestro Dios Padre, quien nos conoce mejor que nosotras mismas y quien nos ama más que nadie.