Enero 2024 – El Lugar Secreto de Nuestro Encuentro

Estaciones de Oración

Establezca tres estaciones de oración en la sala de reuniones o en la capilla. Póngalas razonablemente separados para que un grupo no moleste a otro. Cada estación debe tener una mesa pequeña y tres o cuatro sillas. El número dependerá del número de mujeres que participen en este ejercicio. Toque música suave para crear una atmósfera de oración y adoración.

Oren por Familias— coloque tarjetas en las mesas con los siguientes temas. Invite a las mujeres a elegir dos o tres como foco de oración. 1. Infertilidad: ore por alguien que conoce que desea desesperadamente un hijo pero que no ha podido concebir. Lea 1 Samuel 1:1-20 – Ana. 2. Niño descarriado – Lea Lucas 15:11-32. 3. Padres solteros: oren por alguien que está criando a un niño solo. Lea el Salmo 27:10. Tenga una canasta de corazones que las mujeres puedan llevar consigo para recordarles que deben seguir orando por las familias.

Oren por el Gobierno – Coloque fotos en la mesa del presidente, el gobernador, los congresistas de su distrito y la Corte Suprema. Oren por el presidente para que tome las decisiones correctas y que honre a Dios. Ore para que el Gobernador dirija bien el estado y tome decisiones sabias. Ore por el Congreso para que apruebe leyes sabias y siga la voluntad de los votantes. Ore por los miembros de la Corte Suprema y que Dios les dé sabiduría en todas sus decisiones.

Oren por el Cuerpo – Compre pequeños kits de manualidades con vidrieras de Oriental Trading Company o imprima imágenes de vidrieras pequeñas que las mujeres pueden colorear mientras oran. Ore por los oficiales del cuerpo y sus familias. Pídale al Señor que les dé sabiduría mientras lideran el cuerpo. Ore por los oficiales locales mientras trabajan con los soldados del cuerpo. Ore por los jóvenes para que Dios los cuide en estos días difíciles.

Juegos

En un espacio abierto, un crucigrama o una sopa de letras que las mujeres pueden hacer mientras esperan la próxima estación de oración.

Artesanía – Colgante de tela en forma de corazón

  1. Tela
  2. Corte dos piezas en forma de corazón
  3. Pegue alrededor del borde, dejando un espacio para agregar especias
  4. Rellene con las especias y el polyfill
  5. Coloque una cinta enrollada para colgar y cierre con pegamento el borde abierto.

Mi Escondite

Crecí en la casa grande de madera y zinc de mis abuelos. En la cocina había un gran armario de porcelana con un espacio en la parte inferior. Cuando era niña, era pequeña y delgada y podía caber en espacios pequeños. Si algo me asustara, iría a mi lugar secreto debajo del armario de porcelana. Allí me sentí segura y protegida porque nadie podía encontrarme.

Un día mi abuela me preguntó dónde me escondía. Le dije que era un lugar donde podía hablar con Dios y saber que Él me protegería y consolaría cuando tuviera miedo. Mi abuela me dijo que no tenía que tener miedo porque Dios siempre me cuidaría sin importar dónde estuviera y que Él sería mi escondite secreto.

A medida que crecía, ya no podía esconderme debajo del gabinete de porcelana de mi abuela cuando tenía miedo. Sin embargo, el hecho de que Dios estaría conmigo no ha cambiado. Él es mi escondite. El Salmo 32:7, 8 nos dice: “Tú [Dios] eres mi escondite, me proteges de la angustia. Me rodeas con canciones de liberación. Te instruiré y te enseñaré el camino en que debes andar, te aconsejaré y cuidaré de ti”.

En nuestra fuerza, somos débiles, pero a través de Su fuerza, somos fuertes. Efesios 3:16-19 nos dice: “Ruego que de las riquezas de su gloria os fortalezca con poder por medio de su Espíritu en vuestro interior, para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones. Y ruego que vosotros, arraigados y cimentados en el amor, podáis, junto con todo el pueblo santo del Señor, comprender cuán ancho, largo, alto y profundo es el amor de Cristo y conocer este amor que sobrepasa todo conocimiento, que seáis llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios”.

Diariamente enfrentamos problemas y preocupaciones que no podemos manejar con nuestras propias fuerzas. Durante estos tiempos, necesitamos confiar en el amor de Dios, que es más amplio, más largo, más alto y más profundo de lo que podemos imaginar. Debemos buscar la guía y la fuerza disponibles para nosotros a través del Espíritu Santo.

En esta porción de las Escrituras, Pablo está escribiendo a los Efesios. Él les dice que es su oración que sean “… fortalecidos con poder en el ser interior por su Santo Espíritu” (versículo 16). Su oración es que sin importar lo que enfrenten, recordarán que tienen fuerza y poder a través del Espíritu Santo. Ese mensaje sigue siendo válido para nosotras hoy.

Luego les dice que ora: “Cristo habitará en nuestros corazones, por la fe”. (v.17). Cuando lo invitamos, Cristo vendrá y morará en nuestros corazones. Juan 14:23 dice: “El que me ama, mi palabra guardará, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y habitaremos con él”. Esta es la verdadera comunión con Jesús que nos lleva a madurar y crecer.

Pablo concluye su oración recordando a los efesios que Dios puede “hacer muchísimo más de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros” (versículo 20). ¿Necesita que le recuerden esta verdad hoy? ¿Sigue confiando en su propia fuerza para resolver sus problemas? ¿O está dependiendo del poder disponible a través del Espíritu Santo?