Diciembre 2018 — El buen regalo de Dios

Diciembre 2018 — El buen regalo de Dios

Intercambio de regalos

El intercambio de regalos se puede hacer de muchas maneras.

  1. Juego del regalo robado: Usa las notitas adhesivas Post–its® para numerar los regalos a medida que las mujeres vayan llegando.
    • Invita a las mujeres a sacar números de un sombrero. Seleccionan así un regalo siguiendo una secuencia numérica. Otra manera es tener un juego de preguntas y respuestas (trivia). La primera persona en contestar de manera correcta puede sacar un regalo.
    • Haz que la mujer abra su regalo para que todas lo puedan ver.
    • Cada mujer tiene la opción de “robar” uno de los regalos ya abiertos o bien escoger uno nuevo de la mesa. Los regalos pueden ser “robados” dos veces.
  2. Cada vez que una mujer pueda identificarse con una de las siguientes declaraciones intercambia el regalo que tiene con otra mujer que también se pueda identificar con la declaración. Una vez que un regalo haya sido intercambiado dos veces, queda en manos de esa persona.
    • He estado asistiendo a la Liga del Hogar o a los Ministerios Femeninos por más de 10 años.
    • Nunca he vivido fuera de la ciudad en la que está ubicado el Cuerpo.
    • Un miembro de mi familia es veterano de las fuerzas armadas.
    • Tengo más de tres hijos.
    • Terminé de leer un libro el mes pasado.
    • Puedo nombrar a todos los personajes de la serie de televisión “Friends”.
    • Recuerdo haber usado una línea de teléfono fija con un cable conectado a la pared.
    • Hoy día, he tomado más de una taza de café.
    • Puedo decir los nombres de 10 personajes de la Biblia.
    • Alguna vez he salido de casa por la noche sin que se den cuenta.
    • Amo a Jesús.
    • Ya tengo armado y decorado un árbol de Navidad.
    • Ya terminé de hacer las compras navideñas.
    • He jugado en ligas deportivas.
    • Soy alérgica a algo.
    • Tengo una mascota.
    • Puedo acordarme de las inauguraciones de más de tres presidentes.
    • Me gusta hacer manualidades.
    • No me vendría nada mal recibir mi propio regalo en este intercambio.

Juego de preguntas y respuestas (trivia)

A continuación, se ofrece una lista de los regalos de Navidad más populares de los últimos 100 años en los Estados Unidos. Pregúntales a las mujeres si de niña recibieron algunos de estos regalos y pídeles que compartan historias interesantes relacionadas con esos regalos.

  1. 1910 – Caballo mecedor, fuegos artificiales, nueces
  2. 1920 – The Radio Flyer, Joy Buzzer, yo-yo
  3. 1930 – Red Ryder BB Gun, Sock Monkey, soldados de plomo
  4. 1940 – Legos, The Magic 8 Ball, Slinky
  5. 1950 – Barbie, Fisher Price Little People, Mr. Potato Head
  6. 1960 – Etch–A–Sketch, Easy Bake Oven, G.I. Joe
  7. 1970 – Cubo de Rubik, Nerf Ball, Figurinas de héroes de Star Wars
  8. 1980 – Cabbage Patch Kids, Teddy Ruxpin, Transformers
  9. 1990 – Tickle Me Elmo, Super Soaker, Furby
  10. 2000 – Wii, Bratz, Razor Scooter
  11. Hoy – LeapPad Ultra, Furby Boom, Teksta Robotic Puppy

Decoración de galletas para Santa Claus

Usa galletas de azúcar, glaseado y otros elementos para decorar galletas e invita a las mujeres a decorar la galleta navideña de sus sueños. En conexión con esta actividad, habla sobre el hecho de que se les haya enseñado a dar regalos en esta época del año. Le dejamos galletas a Santa Claus porque nos sentimos agradecidas de todo lo que él está haciendo por nosotros. Esta idea puede enlazar bien con el devocional pues sirve para mostrarle aprecio a Dios por el gran regalo de Jesús al mundo.

El regalo perfecto

No me acuerdo de muchas de las Navidades de mi niñez, pero una de ellas se me quedó fija en la memoria. Recibí todas las cosas que quería—cosas que no había pedido pero que mi mamá sabía que a mí me encantarían. Entre esas cosas estaban una muñeca Goo Goo Dolls®, un CD y un nuevo juego de ropa de cama. Después de abrir mis regalos y dedicar un buen rato a celebrar el momento con mi familia, me encerré en mi cuarto con todos esos regalos. Pasé las siguientes horas escuchando el CD de John Rzeznik mientras le quitaba a la cama su ya deshilachado juego de sábanas. Con mucho cuidado, abrí el cierre de la cubierta plástica de mi nuevo juego de ropa de cama.

Las sábanas eran blancas con pequeñas flores amarillas y azules. Ésta era la primera vez que desempacaba un nuevo juego de sábanas. No me puedo olvidar del momento en que retiré la cartulina del centro. El cubrecama era reversible. Uno de los lados tenía un patrón de franela amarillo claro y el otro de color azul claro con lunares. Era hermoso. Elegí poner el cubrecama del lado amarillo primero. Me encantaba la manera como la luz del sol irradiaba el color amarillo iluminando todo mi cuarto.

Luego venían las almohadas. Había cuatro fundas de almohada. ¡Cuatro! Y todas ellas iban con el resto del juego de ropa de cama. Sé que esto podrá parecerles poca cosa, pero yo desde que tenía uso de razón había recibido juegos de cama usados cuyos colores y texturas no iban bien unas con otras. Y ahora no sólo tenía almohadas regulares que iban bien con mis sábanas, sino que además tenía por primera vez fundas decorativas. Pasé el resto del día acostada en mi hermosa nueva cama cantando todo el rato la única canción que me sabía del álbum Dizzy Up the Girl. Fue un gran recuerdo navideño para una joven adolescente.

En los años sucesivos, cuidé muy bien del juego de cama que mi madre me había regalado. Me preocupaba de lavarlo de la manera apropiada. Me aseguraba de no derramar ningún tipo de líquido sobre él. Y el juego de cama me devolvió el favor. En las mañanas realmente frías solía quedarme acostada en la cama tapada con el cubrecama de algodón mirando fijamente mi closet abierto y escogiendo la ropa que me iba a poner. Y luego saltaba de la cama, preparaba la combinación de prendas que me pondría ese día y rápidamente la ponía debajo del cubrecama para que no estén tan frías. Una vez que la ropa se había entibiado con el calor de mi cuerpo, me la ponía bajo la calidez del cubrecama.

La Biblia nos habla de otro regalo, un regalo mucho mejor que el de un juego de fundas decorativas y de un cubrecama de algodón. Se trata del regalo de Jesús. La mayoría de nosotras sabemos acerca de Jesús. Sabemos que Su nacimiento es la razón por la que celebramos esta fecha del año. ¿Pero tratamos el gran regalo de Jesús, el regalo de un bebé inocente enviado para redimirnos de nuestros pecados como tratamos los regalos materiales que intercambiamos entre nosotros?  El regalo de Jesús está más allá de cualquier otro regalo que podamos recibir. Es más, de lo que merecemos.

En Santiago 1:17 leemos: “Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y que no cambia como los astros ni se mueve como las sombras”. La perfección se halla sólo en Jesús. 1 Juan 3:5 nos habla de Su perfección: “Ustedes saben que Jesucristo se manifestó para quitar nuestros pecados. Y Él no tiene pecado”. Jesús es el regalo perfecto que viene de Dios, quien nos ama tanto que nos dio el don de la salvación.

Yo bien sé que no atesoro este regalo como debiera. Hay días en que dejo de notar y apreciar el hecho de que Dios me provee todo lo que tengo y necesito. Hay momentos en que podría pasar más tiempo con Él gozando de su amor, pero pierdo mi tiempo y esfuerzos en cosas que realmente no tienen importancia.

Mi ropa de cama eventualmente envejeció. Las sábanas se gastaron en la parte que ocupaba para dormir y el algodón del cubrecama se fue separando en pequeños bolsillos. Como todas las cosas materiales, el regalo que yo tanto amaba y que tanto cuidaba se volvió viejo y con ello menos útil.

Hoy hemos intercambiado regalos—y ésta ha sido una actividad que todas hemos disfrutado. Muchas de nosotras usaremos y amaremos lo que hemos recibido pero lo que vale la pena recordar es la importancia de atesorar el regalo de Jesús, que es mejor que cualquier otro regalo. Jesús no envejecerá, ni se desgastará o desvanecerá. Jesús siempre proveerá todo lo que necesitamos y siempre nos consolará. “Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos” (Hebreos 13:8).

¡Atesora el regalo perfecto que Dios nos ha hecho en esta temporada de Navidad!