Diciembre 2019 – En casa, en un establo

Diciembre 2019 – En casa, en un establo

“Y, mientras estaban allí, se le cumplió el tiempo. Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada” (Lucas 2:6, 7)

Decoraciones

Coloque sobre manteles negros un nacimiento (belén o pesebre) en el centro de cada mesa a modo de centro de mesa. Coloque un establo vacío de un nacimiento más grande en la mesa principal. Éste será usado para recrear la historia de Navidad. Tenga listas las figuras del nacimiento y una lamparilla iluminada a pila a un lado para usarla más adelante durante la realización del programa.

Merienda

Sirva galletas de Navidad, café, té y chocolate caliente.

Idea para el programa – El nacimiento

La líder del programa compartirá la historia del nacimiento de Cristo usando las piezas de un nacimiento.

Diálogo de la líder

El nacimiento (conocido también como belén o pesebre de Navidad) reúne cada pieza de esta historia para conformar una proclamación visual perfecta del nacimiento de Cristo. Cada año las familias sacan la caja con las piezas de su nacimiento del clóset y luego arman y colocan el nacimiento en un lugar de honor como manera de recordar, que como cristianos que somos, tenemos una maravillosa historia que contar. Es la historia del amor, la misericordia y la gracia divinas. Hoy, a medida que vayamos relatando la historia de Jesús, quiero alentarte a que revivas nuevamente las glorias de Su justicia y de Su amor.

Canten: “¡Al mundo paz, nació Jesús!,” Cancionero del Ejército de Salvación (edición argentina), Canción 503.

(Coloque las figures de María y José en el nacimiento.)

María y José estaban comprometidos para casarse cuando su mundo repentinamente se les dio vuelta. Todo comenzó cuando María recibió una visita del cielo. El ángel Gabriel le comunicó a María un mensaje muy perturbador e inesperado. Ella estaba embarazada y daría a luz a un hijo: el Hijo de Dios. José no fue dejado de lado en este mensaje celestial. Él vivió su propio encuentro con la divinidad. Como podrás imaginar, José no se sintió contento al enterarse que su prometida estaba embarazada. Su encuentro con un ángel en un sueño, sin embargo, le hizo cambiar de parecer y asumió su parte en el plan de Dios de enviar al mundo a Su Hijo Emanuel, nombre que significa: “Dios está con nosotros”.

Canten: “Emmanuel” (Emanuel), Coro 72 de los Hallelujah Choruses (HC6-T12) (sólo disponible en inglés)

(Enciende la lamparilla y colócala en el nacimiento.)

Los eventos que siguieron se relatan en Lucas 2:1–5. (Lea este pasaje de la Escritura.) El pueblo de Belén estaba hecho un hervidero de gente cuando José y María arribaron. Familias de toda la región habían regresado a sus hogares ancestrales para ser contados en el censo, como exigía la ley imperial. Cuando María llegó con José a Belén, ella ya sentía los dolores del parto. ¿Te puedes imaginar a José buscando frenéticamente un lugar seguro y bien abrigado donde María pudiese dar a luz, para sólo enterarse que no había alojamientos disponibles? A las afueras de Belén, un posadero les ofreció refugio en su establo.

(Coloque las figuras de los animales en el nacimiento.)

Estaba lleno de los animales de los viajeros que se estaban alojando en la posada. No era el lugar perfecto para dar a luz, lo inapropiado del lugar pronto se desvaneció para transformarse en puro placer desde el momento en que María ya tenía en sus brazos al niño Jesús.

Canten: “Oh, aldehuela de Belén”, Canción 510 del Cancionero del Ejército de Salvación (edición argentina)

Coloque la figura de Jesús en el pesebre en la escena del establo. (Lea Lucas 2:6-7)

María colocó a Jesús, envuelto en paños de tela, en lo que se piensa era el pesebre o comedero del que comían los animales del establo. En ese momento sagrado, el mundo cambió para siempre. Demos un salto de 33 años hacia el futuro: el cuerpo crucificado de Jesús sería envuelto en una tela y colocado en un sepulcro prestado. Una vez más, el mundo cambió para siempre a partir de ese momento. El pesebre y la cruz: uno era un lugar imperfecto para un nacimiento y el otro era un lugar imperfecto para la muerte. Ambos, sin embargo, formaban parte del plan de Dios de redimir a la creación y reconciliar consigo todas las cosas (Colosenses 1:15–20).

Canten: “Dime la antigua historia”, Canción 33 del Cancionero del Ejército de Salvación (edición argentina).

Coloque las figuras del pastor y el ángel en el nacimiento.

El resto de los eventos de la historia de Navidad se relatan en Lucas 2:8–19. (Lea esta porción.)

Una de mis partes favoritas de la historia de Navidad se relata en el versículo 19: “María, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba acerca de ellas”. ¿Te sueles hallar recordando los viejos tiempos? En especial durante la temporada de Navidad no podemos dejar de recordar nuestra niñez y el hogar donde crecimos. Si nuestros padres siguen con nosotros, sentimos una suerte de llamado a volver a casa para la Navidad. No hay nada como despertarse el día de Navidad rodeados de la familia y los amigos. Si tus padres ya no están con nosotros, la emotiva letra de una hermosa canción en inglés “I’ll be home for Christmas … if only in my dreams” (Estaré en casa para la Navidad . . . aunque sólo en sueños”) te hace detenerte a reflexionar sobre los felices momentos que pasaron juntos.

A veces, los oficiales dicen: “¡La casa está donde el Ejército nos envía!” Pienso que una mejor manera de expresarlo sería: “La casa es donde está el corazón”. José y María se hallaron en una difícil situación cuando arribaron al pueblo de Belén. Se habían ido del pueblo de Nazaret bajo un manto de sospecha y rechazo y ahora María estaba por dar a luz sin tener una casa que pudiese llamar suya.

Sin embargo, Dios siempre tiene un plan. Su plan incluía (muestra cada una de las figuras del nacimiento al momento de mencionarla) un establo y un ángel. Incluía animales y pastores en una colina; incluía un hombre y una mujer; y el plan de Dios lo incluía a Él mismo hecho carne y hueso y entrando en nuestro mundo. “La Palabra se hizo carne y hueso, y se vino a vivir entre nosotros. Hemos visto la gloria con nuestros propios ojos, la gloria incomparable del Hijo, como la del Padre” (Juan 1:14, The Message, traducido al español).

¿Has sentido alguna vez que no tienes una casa? Quizás te encuentras realmente sin una casa que puedas decir que es tuya o quizás te encuentras, en sentido figurado, en la incómoda situación de no sentirte en casa no importa dónde te encuentres. Encuentra consuelo y aliento en la historia que acabamos de relatar una vez más en esta nueva temporada de Navidad.

Es cuando nos sentimos más vulnerables, más confundidas, más fuera de lugar y desorientadas, que Dios interviene. Hay momentos en nuestra vida en que nuestras circunstancias no son las mejores. Pero es en y a través de esas circunstancias que el niño Jesús hace brillar Su luz en la oscuridad.

Canten: “In the Manger” (En el pesebre), Coro 120 de los Hallelujah Choruses (HCD10–T10) (disponible sólo en inglés)

Concluye el encuentro con una oración.