Las mujeres del Cuerpo decidieron apoyar a las mujeres solteras del programa de vivienda transitoria en las instalaciones de nuestro Cuerpo. A este efecto, recolectamos paquetes de Top Ramen® y rollos de papel higiénico. El último jueves del mes, cuando las personas ya se han quedado prácticamente sin recursos, nos dividimos en equipos de dos mujeres y fuimos puerta a puerta visitando a cada una de ellas. Les hicimos a cada una de las mujeres el regalo del Top Ramen® y el rollo de papel higiénico y les preguntamos de qué manera concreta podíamos orar por ellas. Tras varios meses de visitarlas, ni siquiera una de las mujeres rechazó que oráramos por ellas—ni siquiera la mujer que declaró abiertamente ser atea.
Una vez que terminamos de tocar todas las puertas, nos sentamos y les escribimos notas personales a cada una de las residentes y las dejamos en el buzón del correo. Esto nos dio la oportunidad de invitarlas a los servicios de la iglesia y de reforzar nuestro deseo de establecer un vínculo real con ellas. Fue una alegría poder estar presentes en nuestro programa de vivienda transitoria y pronunciar el nombre de Jesús a las residentes.