Tu Fe Te Ha Sanado
Introducción
Desde 2010, enero ha sido designado como el mes para concientizar sobre la Prevención Nacional de la Trata de Personas. El Departamento de Estado de EE. UU. estima que más de 27.6 millones de adultos y niños son víctimas de trata en todo el mundo. La trata de personas incluye tanto la trata sexual como el trabajo forzoso.
Proyecto de Servicio
Tenemos la bendición de servir en una nación donde podemos ayudar a quienes lo necesitan. Podemos ayudar a quienes son víctimas de trata compartiendo artículos esenciales, ropa, comidas y refrigerios. También podemos compartir la Palabra de Dios.
Bolsas de Bendición
Trabajen en grupo para hacer bolsas de bendición. Cada bolsa puede incluir artículos de aseo personal como peines, cepillo/pasta de dientes, jabón y desodorante. También se agradecen refrigerios y jugos pequeños. Pidan a las mujeres que recolecten estos artículos. También pueden contactar a amigos y familiares para que los donen. También pueden incluir pequeñas mantas hechas a mano. Una vez que las bolsas estén listas, oren por cada una. Pida a las mujeres que incluyan una nota de apoyo escrita a mano para quien reciba la bolsa, para que sepan que son apreciadas y queridas. Contacte a su representante de Justicia Social de la Sede Divisional para encontrar la mejor manera de distribuir estas bolsas.
Recursos
- El Ejército de Salvación:
https://www.salvationarmyusa.org/usn/fight-human-trafficking
https://easternusa.salvationarmy.org/eastern-territory/fight-for-justice
https://centralusa.salvationarmy.org/usc/protect-human-rights
https://southernusa.salvationarmy.org/uss/fight-human-trafficking/
https://sajustice.us/resources/
- Otros sitios utiles:
https://www.state.gov/national-human-trafficking-prevention-month
https://www.state.gov/what-is-trafficking-in-persons/
https://www.state.gov/20-ways-you-can-help-fight-human-trafficking
https://humantraffickinghotline.org
La Fe Te Ha Sanado
“Ve —le dijo Jesús—, tu fe te ha sanado”. Enseguida recobró la vista y seguía a Jesús por el camino” (Marcos 10:52). La mayoría de nosotros hemos oído hablar del ciego Bartimeo y su encuentro con Jesús. Oyó que Jesús venía y gritó para que tuviera misericordia de él. Aunque otros intentaron que se callara, siguió clamando a Jesús hasta que finalmente se detuvo y le dijo a la multitud que lo llamara. Bartimeo arrojó su manto a un lado y se acercó a Jesús, quien lo sanó. Aunque Bartimeo no tenía ojos para ver, sí tenía oídos para oír. Podía oír las burlas y los reproches de quienes criticaban que se sentara junto al camino pidiendo ayuda. Y en ese momento, la multitud ya no podía ignorarlo porque sus gritos por Jesús se extendían por el ruido a su alrededor. Pero su fe y su persistencia en clamar a Jesús para que tuviera misericordia de él resultaron en que Jesús lo sanara.
Bartimeo no solo buscó a Jesús, sino que renunció a todo lo que tenía para recibir sanidad. Su manto habría sido extremadamente importante para él. Habría contenido algunas de sus pertenencias más mundanas. También podría haberle servido como manta de consuelo, protegiéndolo no solo de las dificultades de la sociedad, sino también de las inclemencias del tiempo. El hecho de que Bartimeo desechara lo que habría sido su objeto más valioso requirió tanto coraje como fuerza.
Hay muchas personas que necesitan misericordia. Quienes han sido víctimas de trata pueden tener miedo de cambiar, incluso si se sienten atrapadas en una vida sin salida. Pueden tener miedo de alejarse de lo único a lo que se aferran, incluso si los está destruyendo. O tal vez ya estaban clamando por misericordia, pero sus clamores pudieron haber sido ignorados. Es importante que seamos los ojos de Jesús para ver las injusticias de los demás. Es importante que nos solidaricemos con quienes caen en manos de quienes se aprovechan de ellos.
**Si se encuentra en Estados Unidos y cree que alguien puede ser víctima de trata de personas, llame a la Línea Nacional de Atención sobre Trata de Personas, disponible las 24 horas, al 1-888-373-7888 o reporte una emergencia a las autoridades llamando al 911. Las víctimas de trata, sean o no ciudadanos estadounidenses, pueden recibir servicios y asistencia migratoria.**
